Tras tres carreras, la NASCAR llegaba, por primera vez esta temporada, al short-track de Bristol. Uno de esos circuitos ovales de poco más de 850 metros en los que 43 coches corriendo al mismo tiempo es lo más parecido a echar una carrera en plenas rebajas.
Kasey Kahne se convirtió en un justo ganador tras estar buena parte de la carrera luchando por la posición de privilegio y de esta forma consigue una de esas victorias que todo piloto de la NASCAR quiere tener en su vitrina. Kahne segundo en parrilla, superó al poleman Kyle Busch y que venía de ganar un día antes en las Nationwide Series. Para Rowdy, el Bristol Motor Speedway es uno de sus trazados fetiche.
La polémica del día llegó de la mano de Joey Logano y Denny Hamlin. Compañeros hasta el año pasado en Joe Gibbs Racing, a Logano no le gustó demasiado el pequeño toque de Hamlin que arruinó por completo su carrera y así se lo quiso hacer saber al final de la misma.
En la general, Brad Keselowski sigue líder por delante de Dale Earnhardt Jr, Jimmie Johnson, Clint Bowyer y Greg Biffle, éste último ya a 40 puntos de Brad K. El ganador de la Food City 500, Kahne asciende hasta la séptima posición mientras que Kyle Busch hace lo propio y ahora es décimo.