Después de la carrera de ayer, queda claro que la Fórmula Uno vive una de sus mejores épocas. A pesar de que Fernando alonso sigue lider destacado, los protagonistas del mundial son varios, y seguramente no me equivoque si digo que la cosa pinta emocionante a medida que avance el calendario. Dejando de lado a Button y a Honda, las promesas frustradas de la pretemporada, y que en cada carrera rozan el ridículo (por no hablar de Barrichello), Michael Schumacher, JP Montoya y Kimi Raikkonen son los más en forma de la parrila para intentar desbancar a Alonso no sólo ya de la primera posición de la tabla, sino también del podium.
Ayer estuve taquicárdico media carrera, para ser sincero, pensando que Imola es el circuito más emocionante de las dos últimas temporadas, donde haría falta un solo sitio para adelantar (me vale con que sea muy dificil adelantar, pero no imposible) para que ya fuera el colmo. Dos monstruos del volante, el veterano y enorme Schumacher, y el recién llegado y templado Alonso (al menos en el cockpit) permitieron darnos el gustazo del fin de semana durante 28 vueltas (o un poquito más).
Yo también quiero dar mi opinión con respecto al fallo de estrategia de Renault. En realidad, no creo que haya que echar nada en cara al equipo, y mucho menos decir que no favorece a Alonso. En carrera, y sobre todo en el circuito y como responsable de un equipo, no se está tan cómodo como en el sofá de casa con una cerveza en la mano y las zapatillas puestas.
El responsable del equipo hizo sus cálculos según su criterio y seguramente, con el consenso de su equipo inmediato. La decisión era claramente un riesgo en el que había que sopesar y prever qué haría Ferrari. Los de atrás recortaban diferencias a bastante ritmo, asi que de alargar Schumacher su parada (podría hacerlo o no, no se sabe), es posible que no tuvieran la oportunidad de salir ya no delante, sino con el camino despejado. Podría encontrarse Alonso con un montón de doblados (¡o con Ide!). O no.
Adelantando la entrada en boxes podrían tener una vuelta de ventaja, a lo sumo, con respecto a Ferrari, pues era claro que iban a reaccionar. Así podrían sacarle un par de segundos de ventaja y salir delante, ajustando al máximo. Así que se arriesgaron.
Lo que ocurrió después es que Michael Schumacher hizo una vuelta del demonio y marcó el territorio, mostrando por qué es quién es y dando en las narices (cómo me gustó) a los iluminados que claman por su retirada. Eso y una reacción demasiado rápida por parte de Ferrari, sentenciaron la victoria.
Ni que decir tiene que el resultado de Alonso es fenomenal, yo no daba un duro porque quedase más arriba de tercero, y más saliendo quinto. Así que sale reforzado en cabeza, y tenemos a Schumacher segundo, a pesar de lo que pasó en las carreras anteriores.
Una carrera para chuparse los dedos, ojalá siga esto así. Y no hagáis caso de Marca, que asegura que Alonso debió ganar las cuatro carreras si no fuese por los genios de Renault. Ni caso, que se nota que no tienen ni idea. En Fórmula Uno hay equipos. Me parece que nunca lo aprenderán estos…