Honda tiene un papelón como motorista en estos momentos en la Fórmula Uno. Tiene dos equipos, uno oficial y el otro satélite, y la suerte de ambos es bien diferente. Por eso hago dos posts diferentes después del emocionantísimo Gran Premio de Indianápolis.
La cara, esto es, Super Aguri, toca en estos momentos. Una escudería que casi llega tarde a la presentación de sus coches antes del inicio de la temporada, escudería a priori sin grandes aspiraciones y señalada con el dedo por muchos para mantenerse atrás en la parrilla, está dando la nota carrera si, carrera también.
Una carrera complicada, que en un momento se terminó de repente para Takuma Sato, gracias al error de pisar la hierba, cosa que se tradujo en un trompo instantáneo y la trampa de gravilla se ocupó del resto. Además, aunque últimamente se le veía centrado, otro error esta vez suyo, le supuso una penalización de diez puestos para la parrilla de Magny-Cours, por adelantar posición con bandera amarilla en pista.
El que hizo una carrera para enmarcar fue Anthony Davidson, con adelantamiento a Jenson Button incluido. Eso si, no me creo ni una palabra de los comentarios que oi en la tele sobre que Button está tan desmotivado que ya no lucha. Para nada, además se ve en la repetición desde el coche de Davidson que la puerta no estaba abierta del todo hasta el último momento, pues Button apuró en principio más la frenada, y no es hasta el final cuando Davidson pasa y sentencia a Button a la 12ª plaza.
En resumen, Super Aguri vuelve a ganarle la partida a Honda. Siempre se dice que el principal rival de un piloto está en el propio equipo (que se lo pregunten a Fernando Alonso), y entre escuderías, parece que es lo mismo. El principal enemigo de Honda es su equipo satélite... ¿o es que Honda favorece al equipo más japonés?
Via | Honda Worldwide Fotos | Honda Worlwide