Hoy algunos hemos madrugado con ganas de ver algo nuevo en la Fórmula 1. El dominio ejercido en la calificación de los Red Bull en los últimos tiempos no se ha visto siempre prolongado a la hora de la verdad, aunque tras lo visto ayer, que Sebastian Vettel no lograra hoy la victoria, era hasta cierto punto una quimera. Eso sí, salvo error del piloto (2009 cuando se llevó por delante a Robert Kubica) o fallo mecánico (los problemas en los frenos de 2010) que finalmente no se ha producido. Red Bull lograba en la jornada de hoy su primera victoria en Albert Park.
Y si por un lado Vettel sigue a su rollo, ayer consiguió su decimosexta pole y hoy su undécima victoria, por parte de Mark Webber tenemos al mismo piloto dubitativo que vimos en algunos momentos de la temporada pasada. Ayer, buscó respuestas a la distancia con Vettel (casi un segundo) en el alerón delantero del alemán. Hoy, en ningún momento se ha visto que el australiano pudiera mejorar esta tercera posición de partida. Al final quinto, y sin opciones de presionar a Fernando Alonso.
Esperemos que Webber no esté aquejado del Síndrome Massa. Tras perder el campeonato en la última carrera (más bien última curva) el piloto brasileño no ha vuelto a ser el mismo, aunque en su descargo también hay que decir que el accidente del Gran Premio de Hungría 2009 ha podido perjudicar su confianza. Perdida que quizás fuese la mejor y única oportunidad de ser campeón del mundo. A partir de ahí, el globo se desinfla irremediablemente.
Por ello, habrá que esperar a ver si Mark Webber puede recuperar la mejor versión de si mismo, la que puede dejar atrás a Sebastian Vettel y marcarse carreras en las que el dominio es de principio a fin en las que nadie es capaz de seguir su ritmo ritmo. Si no pone un punto extra, Vettel, crecido por el título del año pasado, puede comérselo “con patatas” y lo que es peor decir adiós a Red Bull. Seguro que hay más de uno dentro de la escudería anglo-austriaca que estaría encantado de perderle de vista.
Si esto es lo que parece no cambiar, lo que ha cambiado es McLaren y su hambre de victoria. El MP4-26 nos ha dejado sorprendidos a todos, gratamente. Ayer en calificación se colaron dejando a Mark Webber entre medias (Vettel estuvo a otro nivel) y hoy en carrera lo han confirmado. Los cambios drásticos (o dramáticos) han funcionado. En dos semanas, McLaren ha cambiado lo suficiente como para hacer funcionar un coche que fue incapaz de completar una distancia de carrera sin problemas durante toda la temporada.
Nos habrán engañado, será fruto del trabajo en Woking. La solución nos la ha explicado Martin Whitmarsh. Tras ver como parte de las nuevas mejoras no funcionaban, en McLaren decidieron volver atrás y recuperar los conceptos básicos, los que sabían que funcionaban. Sólo pensar que si con el pack básico están donde están, con algo de desarrollo podrían permitirse el lujo de luchar de tu a tu con Red Bull. Aunque al igual que en sus rivales, los roles de sus pilotos son bien distintos.
Lewis Hamilton sigue hambriento y entre hoy y ayer lo ha demostrado. El año pasado ya estuvo por delante de Jenson Button y hoy, tras el error que le provocó la sanción y el adiós al podio, Button no hace más que ratificarlo. Incluso en el hipotético caso de que dejarse adelantar por Felipe Massa implicara también ceder la posición ante Fernando Alonso hubiera sido mejor que pasar por boxes y perder 20 segundos. ¿Sigo sin entenderlo?.
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