Ya se ha convertido en algo habitual. A pesar de que Marc Gené comentaba el otro día en los micrófonos de Antena 3 que este era posiblemente uno de los circuitos más desfavorables para el F14 T y que este sería un Gran Premio a la defensiva, lo cierto es que la escudería italiana ya no entiende de buenos o malos circuitos. Si en Australia tuvieron problemas con la unidad de potencia, parece que aquí se han vuelto a reproducir dichos problemas.
El asturiano conseguía superar sin demasiados problemas los dos primeros cortes, sin embargo, una vez llegada la hora de la verdad, el Ferrari no le permitía dar más de sí y terminaba en una más que discreta décima posición tras ser superado in extremis por Kevin Magnussen. La posición ganada por la penalización de 10 posiciones a Daniel Ricciardo le permitirá salir noveno en una carrera que volverá a ser complicada.
Difícil porque con las largas rectas del circuito de Sakhir, será aún más complicado el pensar superar a monoplazas con buenas puntas de velocidad como el Williams, el McLaren o el de Force India. El coche, a pesar de no destacar en ninguna de las facetas, no termina de ir mal. Así lo demuestra la quinta plaza de un Kimi Räikkönen que cada vez se muestra más adaptado. Sin embargo, la fiabilidad de la unidad de potencia se suma a esos pequeños problemas que todavía no les permite soñar con el podio. Mañana tocará terminar y esperar que el resto sufra.
Es cierto que Red Bull no está en su mejor momento, pero eso no es consuelo ya que Mercedes AMG ha demostrado ser este año el “coco” y de no ser por una batalla entre ambos pilotos, dudo que sea posible bajarlos de las primeras posiciones al menos en la primera parte del campeonato. Si a esto le sumamos que Red Bull tarde o temprano llegará y que ya ahora es capaz de estar regularmente tras los dos W05, ¿Qué le queda a Ferrari? ¿Rezar para llegar a Abu Dabi con posibilidades y que la suerte que no han tenido estos años sí les acompañe esta vez?
