Tras el Gran Premio de Bahréin, mucho se habló sobre el dominio de Ferrari. El doblete era una inyección de confianza para Ferrari, tras un año en el que vagaron por el campeonato. Pero ahí no queda la cosa. Algunos comenzaron a tirar de estadística y recordaron que Fernando Alonso ganó en Sakhir las dos temporadas, 2005 y 2006, en que se proclamó campeón del mundo. Tirando de estadística y vendiendo humo. Porque a día de hoy, eso es vender humo, se mire por donde se mire.
El Ferrari se ha mostrado como un coche ganador, y al que ahora mismo, tan sólo el Red Bull le puede hacer sombre, ¿o es al revés?, pero la piel del oso se vende cuando se caza. En Australia se verá el segundo envite y no tenemos que olvidar que McLaren y Mercedes GP no van a quedarse como convidados de piedra y prometen dar guerra. Quizás por ello, las palabras reclamando calma de Fernando Alonso son necesarias.
El doblete de Sakhir nos ha dado una buena inyección de confianza y ha sido una bella recompensa a todo el trabajo realizado, pero en caliente, muchos hemos pronunciado juicios apresurados
Unas declaraciones que han sido secundadas por lo dicho por Stefano Domenicali.
Yo sería muy feliz si esto significara que los dos coches de la Scuderia terminaran primero y segundo en cada carrera. Pero aún es demasiado pronto para sacar conclusiones precipitadas y no debemos reaccionar de manera emocional
Vía | MARCA
