Su penosa salida le condenó posteriormente, pero ello no quita que Fernando Alonso completara una notable actuación en Nürburgring. Se sobrepuso a su mal inicio y consiguió ir remontando posiciones poco a poco. Finalmente acabó en una más que meritoria séptima posición. Podría haber sido mejor si no es por su arrancada, pero teniendo en cuenta que partía desde la duodécima plaza no es mal resultado. Al contrario, el español en declaraciones a laSexta, se daba por satisfecho con su resultado al concluir la prueba.
Esta vez las mejoras introducidas en su Renault R29 sí consiguieron su objetivo. Tanto que Alonso se permitió el lujo de marcar la vuelta rápida en carrera. Su ritmo en carrera se acercó por momentos al de Red Bull, y me atrevería a decir que llegó a superar al de Brawn GP y Ferrari en sus mejores momentos. Ahora bien, cierto es que Rubens Barrichello y Jenson Button tuvieron serios problemas con sus neumáticos.
El español comentó a laSexta al finalizar la carrera que su mala salida fue debida a problemas que tuvo con el embrague en la vuelta de formación. Un extraño incidente que además fue pasajero. En la curva de entrada a la recta de meta hizo un trompo y sus neumáticos se ensuciaron. También es verdad que últimamente Alonso no se caracteriza por protagonizar buenas salidas. En el Gran Premio de Alemania no iba a ser menos.
Al entrar en la primera curva perdía varias posiciones, aunque menos que su compañero Nelson Piquet. El brasileño se quedaba clavado y prácticamente se veía relegado a la cola del pelotón. Lo inexplicable del asunto es que al volver a centrarse en él la realización, el español había avanzado hasta la undécima plaza, detrás de Robert Kubica. El polaco fue un hueso en ese primer tramo de la prueba. Alonso no conseguía deshacerse de él.
Lo sorprendente es que Giancarlo Fisichella sí logró adelantar al asturiano. Mal pintaban las cosas. ¿Problemas con los neumáticos? Es posible. Los súper blandos se mostraron muy delicados y castigaron a varios monoplazas durante la prueba. El Renault R29 lo pudo pagar en los compases iniciales del gran premio.
Alonso entraba a repostar por primera vez en duodécima posición, y se reincorporada decimoctavo. Daba la impresión de que iba a irse de Nürburgring de vacío. Nada más lejos de la realidad. A partir de ahí el español iba a encadenar vuelta rápida personal tras vuelta rápida personal. Tan bien lo hizo que la vuelta rápida de carrera fue para él. Ciertamente se vio favorecido porque los Red Bull bajaron el ritmo al estar todo el pescado vendido.
Cuando la prueba agonizaba Alonso estaba en una sorprendente séptima posición achuchando a Barrichello y a Button. Ahora, llegar hasta un monoplaza es una cosa, conseguir adelantarlo es otro cantar. Con tan pocas vueltas por delante se convirtió en misión imposible. El español no logró encontrar el hueco como para poder dar buena cuenta de los Brawn GP. Barrichello cubrió todos los huecos posibles convirtiendo el adelantamiento del Renault en una quimera.
El resultado hay que cogerlo con pinzas. Esa séptima plaza fue debida en parte al incidente de Lewis Hamilton en la salida, al de Adrian Sutil con Kimi Raikkonen, y al posterior abandono de éste. Tres monoplazas que se le quitaron de en medio que explican en parte la remontada del español. No le voy a quitar méritos a su actuación, pero como pienso que la lluvia le perjudicó en la jornada de ayer, hoy se vio favorecido por las circunstancias. No dejan de ser simples opiniones con su consiguiente carga de subjetividad. Eso está más que claro.
La conclusión de este gran premio es clara. El Renault R29 ha encontrado esas décimas que le faltaban en carreras anteriores. La vuelta rápida es buena prueba de ello. Quizá no sean las suficientes como para ponerse en cabeza y ejercer un dominio incontestable, pero sí podrían servir para dar un paso adelante y dar guerra a Red Bull y Brawn GP. Me atrevería a afirmar que los galos se han puesto un pelín por detrás de los anteriores, lo justo para darles algún quebradero de cabeza puntual y aspirar a algún que otro podio.
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