Esta pregunta, que bien podría abrir un largo debate entre puristas que defienden la Fórmula 1 como una plataforma tecnológica de innovación continua y los que abogan por tomar medidas contra los equipos con presupuestos interminables, para que no arrasen con las escuderías más pequeñas, ha sido la base de una entrevista a Tony Purnell, consultor técnico de la FIA, que aparece en la publicación de la misma federación.
Purnell defiende que será muy bueno para la Fórmula 1 que se congelen los motores durante 10 años, aunque los equipos no están muy por la labor de tomar esta medida extrema, y defienden que el periodo de congelación sea entre 2010 y 2013. Según Purnell, la congelación del desarrollo de los motores reduciría los presupuestos de las escuderías a la mitad, pero eso no se lo cree ni él. Por muchas trabas que intente poner la FIA para limitar los costes de las escuderías, los ávidos ingenieros siempre encontraran algún resquicio en el que derrochar la cantidad de dinero disponible en las arcas del equipo. Si una escudería dispone de 100 millones para afrontar una temporada, si del desarrollo de motores se va a ahorrar 50, no hay ni que poner en duda que ya se encargará quien sea de buscar el nuevo destino de esos 50 millones. Y eso ha sido siempre así, y a quien no le guste, se puede ir a competir en Fórmulas monomarca, donde los costes están realmente acotados.
Aunque me encanta ver carreras disputadas, en las que haya varios monoplazas con un mismo nivel de prestaciones, la Fórmula 1 tiene que ser la punta de la lanza en cuestión de tecnología. Soy casi más partidario de no limitar el ingenio que de regular y estandarizar prácticamente todo lo que envuelve la tecnología de un monoplaza. Cada año que pasa, distinguir los diferentes monoplazas de la parrilla se hace más y más complicado, y si todos salieran pintados de negro, dudo mucho que más del 10% de aficionados que siguen las carreras habitualmente fueran capaces de identificar a qué monoplaza corresponde cada silueta.
Pero aunque quieran vendernos que esta medida se toma para reducir costes, el propio Purnell ya pone en bandeja dónde irá a parar parte del dinero que los equipos se ahorren del desarrollo de los motores: a los sistemas de recuperación de energía: “El desafío técnico es enorme, y habrá pocas restricciones en estos sistemas. Será una de las áreas de desarrollo más libres de los últimos 15 años en Fórmula 1”. Me parece muy bien este nuevo campo de actuación, pero la época en que cada escudería elegía qué motor le parecía el más adecuado, y se mezclaban en pista turbos, atmosfércios, V8’s, V12’s, ese insólito H16 de BRM... ¡qué tiempos aquellos!
Vía | Autosport Foto | blog.gtroc En Racingpasión | V8 congelados para los próximos 10 años