Tras su periplo por el nuevo continente, y la nueva y exótica cita de Marruecos el WTCC llega al viejo continente. Y no lo hace en un circuito tradicional. En Pau, al igual que en Marrakech, los turismos volverán a tener que luchar en las zonas estrechas de los circuitos urbanos. Garantía de chapa y pintura.
¿Y que nos deparará Pau?. El dominio de SEAT en las dos primeras citas fue recortado gracias a la nueva normativa de lastres. Los Chevrolet se llevaron las dos carreras inaugurando el casillero de victorias del Cruze. Pero en todo lo bueno hay algo malo. Los buenos resultados de Chevrolet han provocado que en la cita francesa los Cruze también estén lastrados. 40 kilogramos que hará que los SEAT TDI, los Cruze y los BMW se igualen en este apartado. Se vuelven a igualar las cosas y con igualdad no es muy difícil anticipar lo que sucederá.
Quien no está para demasiados cohetes es BMW. La marca bávara lleva una temporada, y lo que llevamos de esta, sin levantar cabeza. Y no parece que las coses pinten mucho mejor. Ni Priaulx, ni Müller, ni Farfus, ni mucho menos Hernández ni Zanardi parecen que puedan plantar cara. Si a eso le sumamos que en BMW se están planteando abandonar el campeonato por un reglamento nos deja un panorama nada halagüeño.
Pero tampoco se puede decir que todo vaya a la perfección en SEAT. La exclusión de Tiago Monteiro de la cita de Marrakech por irregularidades en la presión del turbo dejan la puerta abierta a nuevas reclamaciones por parte de los rivales. La misma historia de siempre y que posiblemente nos depare algún que otro capítulo más.
En la general, Yvan Muller ha puesto la directa. Si eso no fuera poco, Gabrielle Tarquini, Rickard Rydell y Jordi Gené secundan al piloto galo y convierten un campeonato en un festival amarillo. El primer no SEAT es Augusto Farfus, a veinte puntos de Muller. Una distancia considerable pero no insalvable. El problema es que hasta ahora, como hemos dicho, BMW no da la sensación de poder con los coches de Abrera.
