Una nueva temporada de deportes extremos comenzaba este pasado fin de semana. Se estrenaba los llamados X-Games globales, en el impresionante marco de la localidad brasileña de Foz de Iguazú. Como siempre, la prueba de RallyCross acaparaba gran parte del protagonismo, junto al Freestyle, los skaters y el enduro (dónde Laia Sanz machacaba a sus rivales para llevarse la victoria entre las féminas).
Además de los habituales del campeonato, Tanner Foust, Ken Block o Travis Pastrana, también nos encontrábamos con dos invitados de lujo. Dos ex-F1, Nelson Piquet Jr. y Scott Speed, que participaban al volante de un Mitusbishi Lancer EVO X y del Ford Fiesta by Olsbergs (este promocionado por el propio Campeonato por ser el invitado estrella), respectivamente. Ambos dejaron ver sus maneras durante la clasificación, dónde marcaron el segundo y el cuarto mejor tiempo, pero sólo el estadounidense consiguió llevarse la victoria y la medalla de oro.
Gran parte de responsabilidad en este triunfo la tuvo una pista bastante desastrosa. Además de no haber regado lo suficiente un recorrido formado en un 90% por arcilla y arena, con los consiguientes problemas de polvo en suspensión, la primera curva era una trampa en la que hubo accidentes en cada una de las carreas clasificatorias. En ellas precisamente el que peor rato se llevaba era Liam Doran que sufría una salida de pista después de haber sido más rápido en la clasificación.
A la final llegaba Foust como principal favorito, después de los problemas del ganador de los Summer X-Games de 2011. Sin embargo, tanto él, como Pastrana y Block quedaban fuera por diversas razones en la primera curva de la carrera definitiva. La bandera roja se desplegaba y se realizaría ya la resalida sin los tres pilotos norteamericanos antes mencionados.
Heikkinen, ya recuperado después de su accidente del año pasado marcaba la pauta y tomaba muy pronto el atajo (o joker) para rodar así sin presión. Sin embargo, Scott Speed como si de una sesión de clasificación del Gran Circo se tratara emprendió una lucha contra el crono y tras tomar muy tarde el atajo conseguía ponerse líder y llevarse definitivamente el oro. La plata sería para Heikkinen, mientras que el tercer puesto era para Patrick Sandell que también probaba suerte en el RallyCross al no tener por ahora proyecto en los rallyes.
