Kimi Raikkonen ya puede celebrar su título mundial tranquilo, o bueno, mejor dicho, volver a celebrar un Campeonato que a buen seguro ya festejó y no creo que precisamente de una forma tranquila. La FIA no le dio la razón ayer a McLaren y el equipo de Woking protagonizó su último ridículo en una temporada que será recordada por las torpezas y fracasos del equipo de Ron Dennis.
Hasta el último momento, McLaren sostuvo que la apelación contra la decisión de los jueces del GP de Brasil buscaba únicamente aclarar la reglamentación, pero cuando comenzó la vista en Londres el pasado jueves, el abogado de McLaren solicitó la descalificación de los pilotos de BMW Sauber y Williams. Una torpeza más. Un engaño más. Un ridículo más. Estaba claro que la FIA no iba a cambiar el desenlace que el Mundial había tenido sobre la pista y que no iba a arrebatarle el título a Raikkonen. Sin embargo, me pregunto qué hubiera pasado si hubiese sido así. ¿Lewis Hamilton habría aceptado el título tras decir que así no deseaba ganarlo? ¿Habríamos perdido de vista de verdad a Ecclestone, que anunció su retirada si McLaren ganaba la apelación?
Un lástima habernos quedado con las ganas de desvelar esas incógnitas, aunque la verdad, ya está bien como está. El Mundial 2007 ya es historia, ahora sí, y eso nos permite comenzar a pensar ya en la próxima temporada, que esperemos centré mucho más su atención en la pista y mucho menos fuera de ella.