Este fin de semana, cuando los motores se hayan apagado en Brno, el WTCC llegará al ecuador de su temporada. Una temporada que ha estado marcada por los cambios en el reglamento por parte de la FIA buscando igualar las prestaciones entre todos los participantes, aunque gran parte de los mismos se hayan centrado en limitar las prestaciones de los polémicos SEAT León TDI.
El trazado checo será una piedra de toque para ver como se muestran los últimos cambios. La presión del turbo de 2.7 bares y los 20 kilos de peso menos en Valencia permitieron a los SEAT un respiro. El equipo español dominó en los entrenamientos y la primera carrera, mientras que BMW dominó la segunda.
En Brno, tanto BMW como SEAT como Chevrolet partirán con el mismo lastre de 40 kilos. Lo que no significa que tengan el mismo peso mínimo ya que por reglamento los SEAT son 15 kilogramos más pesados que sus rivales de gasolina. Esta igualdad nos pemitirá comprobar si los cambios realizados están en el buen camino o son simplemente otro parche más.
A pesar de esa igualdad, los desniveles y las largas curvas en apoyo del circuito dejarán en desventaja a los tracción delantera y mostrándose un circuito propicio para que BMW se acerque o supere a SEAT. Augusto Farfus está a tres puntos de Yvan Muller, mientras que en la clasificación por marcas, SEAT domina con algo más de desahogo.
El pasado año, Alex Zanardi y su BMW 320 si dominaron el fin de semana. Victoria en la primera carrera y segundo puesto en la segunda, en la que únicamente Gabrielle Tarquini le separó de un doblete de ensueño. El italiano salió de Brno como líder del campeonato por delante de su compañero de equipo Yvan Muller. Aunque en la segunda parte del campeonato, el francés se hizo con el campeonato sin demasiados problemas.
