Últimamente no pintan muy bien las negociaciones de conservar el GP de Francia en el circuito de Magny-Cours, debido a la poca implicación que tiene el gobierno por hacerlo, y la cantidad de ofertas que le llueven a Bernie casi a diario. Por un lado, no ve muchas ganas por el estado en que está la carretera de acceso al circuito, y eso que lo ha advertido muchas veces, recibiendo como respuesta que se procederá en cuatro o cinco años.
Por otro lado, ve una oferta más clara en la capital que a 260 kilómetros, debido a la atracción turística de la ciudad y de Eurodisney, posible lugar de emplazamiento del nuevo circuito. Además, París tiene más capacidad hotelera, mejores infraestructuras y, añado yo, que a Bernie le gusta cambiar.
Ya veremos en qué queda la cosa, pero creo que el circuito francés tiene los días contados, y no precisamente como Spa-Francorchamps.
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