Todos los pilotos (o no pilotos) quieren pilotar uno alguna vez en la vida. Es una combinación de energía, velocidad y tecnología. La Fórmula 1 es la meta de muchos, pero a veces la aventura no dura lo esperado. Sebastien Buemi tuvo buenas y malas épocas, pero ha sabido buscarse la vida después de ser despedido de Toro Rosso. Un podio en una de las carreras más importante del mundo es una prueba de ello.
La salida por la puerta de atrás de Toro Rosso fue un mazazo tanto para él como para quien era su compañero de equipo, Jaime Alguersuari. Años de trabajo y un final de temporada al máximo que se iban al traste en 2011 para dejar lugar a los jóvenes del programa de pilotos de Red Bull. Una vez firmada la permanencia en la escudería de las bebidas energéticas como piloto de pruebas, pareció haber acabado su vida en la cumbre del automovilismo.
Pero no. El suizo supo buscarse la vida para acabar participando en las 24 Horas de Le Mans con Toyota, aunque acabó sin demasiado éxito por aquel espectacular accidente de su compañero Anthony Davidson. En 2013 repite en el Mundial de Resistencia y en la primera ronda en las 6 Horas de Silverstone consiguió su primer podio. Cuarto en las 6 Horas de Spa y finalmente segundo en las 24 Horas de Le Mans.
Nada mal para estar acabado, ¿no? Aunque cada año sigamos viendo rumores sobre su posible vuelta a la Fórmula 1, Buemi ha sorprendido, y para bien, en Resistencia. De la puerta de atrás de la Fórmula 1 al podio de Le Mans. Algunos lo firmarían. Bravo por Sebastien.