Terminó el Dakar 2012 y coronó a Stéphane Peterhansel como ganador. El piloto francés ha realizado un raid perfecto. Sin casi errores, y los que ha cometido han quedado tapados por los errores de otros, Peterhansel ha cumplido la máxima de que el Dakar no se gana, se pierde. El francés ha visto como todos sus principales rivales han ido cayendo poco a poco.
Al francés no le gusta que le llamen Monsieur Dakar pero tras diez victorias, seis en moto y cuatro en coches, creo que no debería sentarle mal el sobrenombre. El francés no había ganado aún en Sudamérica. Mitsubishi le dejó “tirado” y tras recalar en X-Raid, ha sabido devolverle el favor a Sven Quandt.
Sólo Nani Roma ha aguantado el embite de Peterhansel, pero quizás la falta de adaptación a su montura ha hecho que haya arriesgado menos de la cuenta. Ese es el único debe de Roma. Su única mala etapa llegó cuando el Dakar ya estaba sentenciado en favor de su compañero y rival.
Entre los caídos, Nasser Al-Attiyah también ha sufrido con un Hummer con el que no había disputado ni una sola carrera. El vehículo del qatarí sufrió un buen puñado de problemas y al final dijo basta. Eso sí, en las etapas en las que ha puesto toda la carne en el asador, Al-Attiyah ha estado entre los mejores. Y como siempre, Lucas Cruz impecable en el asiento de la derecha.
Ese también ha sido el caso de su “compañero” Robby Gordon. El norteamericano ha sido tan espectacular como siempre aunque su Dakar ha quedado empañado tras su descalificación. La utilización del compresor de inflado de neumáticos como “turbo” fue descubierta por los comisarios tras la etapa de descanso. Gordon apeló y continuó la prueba aunque sus resultados están en entredicho.
El tercer gran rival que mucho apuntó en las primeras etapas fue Krysztof Holowczyk. El polaco ha conducido el MINI como si fuera un Hummer y eso al final tuvo sus consecuencias.
En el caso contrario, las gratas sorpresas. El campeón del Dakar en 2009, Giniel de Villiers, llegó a Sudamérica casi con lo puesto, pero el Toyota Hilux V8 respondió. Tan sólo los problemas lógicos de juventud impidieron que el suráfricano diera más guerra. El año que viene seguro que lo vemos, y aspirando a todo.
Grata sorpresa también ha sido otro Toyota, el del argentino Lucio Ezequiel Alvarez. Sin hacer nada de ruido, Alvarez escaló hasta el Top 6. Justo por delante de Carlos Sousa con el Great Wall preparado por SMG. Nadie se esperaba ver a un coche chino luchando en lo alto del Dakar.
No podemos olvidarnos de la victoria en la clase T1.2, reservada para vehículos de serie de Xavier Foj. Si Stéphane Peterhansel es Monsieur Dakar, Foj es nuestro Don Dakar. Más de una veintena de Dakar a sus espaldas dicen todo del español.
En la categoría de camiones, la batalla esperada entre los Kamaz y IVECO no fue tal. Desde el primer momento, el IVECO de Jan de Rooy tomó el mando y ya no lo dejó hasta Lima. El holandés además ha contado con un fantástico Pep Vila como mochilero, aguatero en sudamérica. Lástima de los problemas técnicos sufridos que lo retrasaron y le impidieron lograr la que hubiera sido la mejor clasificación de un español hasta la fecha.