Correr el Dakar en solitario sobre cuatro ruedas no es nada nuevo. Con la llegada de los buggies se ha convertido en algo habitual y ello a pesar de que la dureza del Dakar se multiplica. Un coche empanzado en la dunas es un esfuerzo titánico para dos personas, imaginad para uno.
Ahora imaginad que en vez de un buggy, alguien decide realizar el Dakar en solitario a borde de un 4×4, por ejemplo de un Mitsubishi Montero Di-d de 2003. Ese es el caso de Ignacio Corcuera y el Euskadi 4×4 Dakar Team.
El bilbaíno, al que apodan Livingstone, se embarcó en esta pequeña odisea. Nada nuevo en su historia. También en solitario, Corcuera ha cruzado Túnez, Mauritania, Senegal y Libia uniendo sus cuatro puntos cardinales. Además disputó el Rally de los Faraones, dirigiéndose a Egipto desde Bilbao con el mismo vehículo con el que compitió (ida y vuelta).
Por desgracia, el gran enemigo de los participantes del Dakar, las dunas, acabó con el sueño de Ignacio Corcuera en la séptima etapa, el bucle de Copiapó. Livingstone llegó fuera de control (por tan sólo 10 minutos) tras luchar contra las Dunas del desierto de Atacama. Viendo lo ocurrido con acciones como las de Despres o Peterhansel (cuando literalmente atropella a un motociclista al vadear un río), 10 minutos son más que perdonables. Las dunas destrozadas por lo camiones tampoco son un peligro marcado por el roadbook, ¿no?.
Los camiones habían pasado, habían destrozado la ruta completa y ha sido imposible afrontar los pasos en las dunas por estar toda la arena movida y con rodadas enormes donde mi coche se empanzaba cada dos por tres
Quien quiera conocer un poco más de la historia de Ignacio Corcuera, os dejo el link del reportaje que Izaskun Ruiz le hizo en Teledeporte.