Mitad competición, mitad hobbie, mitad pasión por la velocidad. Cada año Bonneville se llena de pilotos con sus locas maquinas, cuyo parecido es más cercano al de un cohete espacial que al de un mero automóvil, en busca de récords de velocidad. Las condiciones perfectas para este tipo de pruebas hacen que las llanuras saladas de Bonneville sean el lugar perfecto para tratar de romper estos récords en dos, tres o cuatro ruedas. Con el Reto de Bonneville, cualquiera puede, al menos intentarlo, desafiar al cronometro. Para ello, a cada piloto se le provee de un coche de carreras y durante dos días podrá tener la oportunidad de encontrar sus limites en la recta de 5 millas preparada para tal evento. Durante la primera jornada los participantes asisten a un curso con todo lo que necesitan saber, los primeros tests, y los entrenamientos libres. El segundo día las cosas se ponen más serias y comienzan las sesiones oficiales. Ahora la lucha es contra el reloj. Para que todo ella tenga un carácter más serio, en las sesiones se utilizan medidores calibrados de tiempo, según ellos los mismos que utilizan en el Libro Guinness de los Records. Para terminar, un diploma con tu marca personal y la entrada de tu nombre en el Salón de la Fama de las llanuras saladas de Bonneville.
A los amantes de la velocidad, nos separa un viaje a Utah y los casi 9000 dolares que vale esta experiencia.
Vía | Classic Driver
