Como dejar escapar un campeonato en la última vuelta

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Ayer hablabamos de la última prueba de la IRL con un final sólo apto para cardiacos. Hoy lo podemos completar con imágenes. Tres minutos y medio valen para resumir que la diferencia entre vencer una carrera y por extensión ganar un título puede ser la del etanol que entra en un chupito de tequila. Quizás sea mucho decir, no sé cuanto combustible necesita un monoplaza de la IRL para que lanzado pueda completar una curva y una recta, pero supongo que muy poco. Quizás una décima de segundo de más repostando hubiera bastado. Ni siquiera le sirvió el trabajo de equipo de Dan Wheldon, que se sitúo delante de él para cortarle el viento y tratar de gastar el menor combustible posible. Por cierto Wheldon abandonó por la misma razón. Mejor suerte para Scott Dixon el año que viene.

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