Muchas cosas hemos visto en estos cinco años de Motorpasión F1, si bien no he estado aquí desde el principio. Hará aproximadamente cuatro años que descubrí esta pequeña caja de maravillas del mundo del motor que era entonces Racingpasión, que tanto nos mantiene informados de las últimas noticias como nos muestra vídeos curiosos sobre este mundillo que nos tiene tan enganchados.
Desde diciembre de 2009, formo parte de este gran equipo, y es para mi algo de lo que me siento orgulloso. Desde entonces, hemos visto de todo; una temporada igualada de Fórmula 1, seguida de otra que… bueno, no fué tan igualada. Ambas muy interesantes, eso sí. Hemos visto una de las mejores carreras de la historia en Le Mans (¡narrada por un servidor durante las 24 horas enteritas!), y Sebastien Loeb sigue ampliando su leyenda en el WRC.
Además, el deporte del motor sigue creciendo en España, con pilotos que suben en todas las categorías inferiores, un equipo español en la Fórmula 1, y muchas otras cosas que seguro me dejo en el tintero. Buscar un momento clave que destaque por encima de los demás se me antoja difícil, porque hemos visto muchas cosas, y muy bonitas y emocionantes la mayoría de ellas. Desafortunadamente, también hemos vivido momentos más tristes, aunque quizás estos sirvan para unir aún más a la familia del Motorsport.
También es cierto que gracias a mi andadura en Motorpasión F1, he conocido a mucha gente, en especial durante mis estadas en el Circuit de Catalunya para cubrir los entrenamientos de pretemporada de 2011 y de este 2012. Quizás a nivel personal, esto fuera lo mejor que he vivido hasta el momento, pues la Fórmula 1 engancha, y vivirla tan de cerca es algo inexplicable, aunque sean pruebas y no un Gran Premio.
Enzo Ferrari decía que el mejor Ferrari construido era siempre el siguiente, y en este sentido me gustaría pensar lo mismo; que el evento más excitante vivido por Motorpasión F1 aún está por venir. A pesar de ello, si tuviera que elegir uno en particular, que tuviera una especial importancia para mí, seguramente sería el retorno de Michael Schumacher a la Fórmula 1, que se confirmó a pocos días de mi comienzo como editor y que significó mucho a nivel personal.
La del retorno del Kaiser fué una noticia que ahora ya tenemos asimilada pero que en ese momento fué de una magnitud sin precedentes. Cierto es que la rumorología ya había avivado las llamas y que todos lo esperábamos, pero siguió siendo un movimiento valiente de alguien que no tiene demasiado que ganar pero que tenía mucho que perder. Así se ha demostrado en 2010 y 2011, a pesar de los momentos brillantes que ha tenido.
He sido “fan” (no me gusta la palabra, por esa connotación de fanatismo que tiene; quizás la palabra más correcta sería “tifoso”, nunca mejor dicho) de Michael Schumacher durante muchos años, con el curioso hecho de que cuando empecé a ver la Fórmula 1, allá por el lejano 1994, me molestaba verle ganar con Benetton, puesto que mi equipo favorito, el de siempre, es Ferrari. Quizás por esto y por el hecho de haberme “acompañado” en mi andadura en Motorpasión F1, sigo al alemán con más atención, aunque ahora compita con Mercedes, y no con un bólido rojo.
Precisamente en un bólido rojo tenemos a Fernando Alonso, a quien con el tiempo he aprendido a respetar por su calidad como piloto y por la manera como está madurando como persona (¡aunque sigo prefiriendo a otros en Ferrari!). Creo que puede verse que, aunque todo el deporte del motor es precioso y me encanta, la Fórmula 1 está, en mi corazón, un pequeño pasito por delante.
En resumen, para mí el hecho de haber contribuido durante poco más de dos años con Racingpasión-Motorpasión F1 y poder seguir haciéndolo es un gran honor, y me alegro de poder interactuar con nuestros usuarios de vez en cuando, siempre que el tiempo lo permite. Espero que podamos disfrutar de un gran año, y que podamos seguir celebrando cumpleaños juntos. Quiero también aprovechar este espacio para dar las gracias tanto a mis compañeros actuales; Igor Zamorano, Iván Fernández, Esteban Viso, Ricardo Topham y S.Marcus; como a toda la gente cercana a mí y, finalmente, a todos aquellos que me leéis periódicamente.
Ahora toca trabajar duro, que en esto de las carreras uno no puede nunca bajar el ritmo, pues no solo la acción en la pista se mueve a velocidades vertiginosas. La información, el trabajo de los equipos, los contratos, las aventuras y las desventuras de todos aquellos que, como tocados por una varita mágina, viven alrededor de este mundo tan especial.
¡Nos leemos!
