El presidente de la Federación Española de Automovilismo, Carlos Gracia, defiende su reporte acerca de la situación en Bahréin, después de que este fuera filtrado al público. Gracia, que es uno de los vicepresidentes de la FIA, fue la persona encargada de visitar Bahréin para ver si la situación era normal, y escribió un resumen de siete páginas en el que describía la situación del pais.
Para empezar, Max Mosley cuestionó la decisión, al comentar que Gracia no habla ni inglés ni árabe y que, por lo tanto, la decisión carecía de sentido. Gracia, por su parte, no quiso entrar en discusiones con el ex-presidente de la FIA, y se limitó a decir que lo que vió en Bahréin es normalidad completa; gente en centros comerciales y trabajando, sin nada extraño que comentar.
Se defiende explicando que, a parte de las visitas oficiales y entrevistas, se dedicó a ir por la calle para ver la situación real, y que todo le pareció normal. Incluso se permite el lujo de describir el gobierno como un “gobierno abierto que ofrece a la oposición la oportunidad de expresarse”. Arriesgándome a meterme en terreno pantanoso, me preguntaré si no importan los muertos y los presos torturados, entonces.
De hecho, parece que hasta 108 trabajadores permanentes del circuito de Bahréin habrían sido arrestados, y desde varias organizaciones pro-derechos humanos se pide que el gobierno les deje trabajar para asegurar la recuperación del pais. Ante esta situación, los equipos de la Fórmula 1 están en contra de esta decisión, ya de forma oficial.
Una cosa está clara; la FIA no debe apartar la mirada de lo que está pasando en Bahréin para ir a correr de todas formas, y eso lo sabe hasta Bernie Ecclestone, conocido por sus polémicas declaraciones y decisiones. Si incluso el bueno de Bernie, interesado económicamente en que la carrera se dispute, dice que la situación no está como para correr, eso significa que realmente no se puede ir.
Vía | Autosport.com