Consigues tu primer podio el mismo día en que Michael Schumacher anuncia que se retira y que Fernando Alonso dice que ya no verá más la Fórmula 1 como un deporte… y pasas desapercibido, pero sabes que, en el futuro, todo el mundo recordará Monza 2006, y con un poco de suerte, si llegas a ser campeón, se asociará el nacimiento de tu trayectoria con el fin de la de la estrella anterior.
Robert Kubica y Nick Heidfeld demostraron en Monza que con toda probabilidad BMW dará mucha guerra en 2007. Su motor ya está a la altura de los mejores, y con uno de los mejores túneles del viento, más la estructura de la marca, las victorias no tardarán en llegar.
Se dibuja un 2007 muy interesante. Cada vez parece más cerca el sueño de volver a ver cinco o seis escuderías luchando por la victoria: Ferrari, McLaren, Renault, BMW, Honda y Toyota, todos oficiales y con un montón de pasta; Williams con motores Toyota, RedBull y Toro Rosso con motores Ferrari y Renault (o viceversa) y con Adrian Newey y, el resto de fichajes de talonario, entre bastidores.
Sólo queda saber que será de Super Aguri y de Spyker Midland. Este último parece que se está tomando las cosas con ganas y con ambición, tiene el apoyo de uno de los países más entusiastas de la Fórmula 1, y podría convertirse en el equipo gracioso del paddock que falta tras la marcha de los pequeños privados.