La lucha motores diésel-gaolina es una de las mayores polémicas en la corta existencia del Mundial de Turismos. Las desigualdades entre estos motores son manifiestas, pero estas desigualdades datan desde antes de la llegada de los León TDI, cuando la tracción trasera de los BMW pulverizaba a todos sus rivales. Un reglamento técnico, a todas luces, parcial que ha tratado de solucionarse con parches y más parches. Algo que desde aquí ha generado comentarios tanto a favor como en contra.
Antes de que comenzara la temporada los rumores, y no tan rumores, afirmaban que BMW estaba preparando su versión diésel que pudiera plantar cara a la marca española. Las pruebas se realizaron en el circuito luso de Estoril y sacaron a la luz que los BMW Diésel eran un segundo por vuelta más rápidos que sus hermanos de gasolina. Y, a pesar de que el comienzo de los León TDI fue arrollador nunca más se supo del proyecto BMW.
Ahora es uno de los máximos responsables de Schnitzer, equipo encargado de desarrollar los proyectos de BMW en turismos, el que afirma que BMW rechazó cualquier posibilidad de participar con este tipo de motores. BMW Motorsport en boca de su máximo exponente, Mario Theissen, siempre ha estado en contra de este tipo de mecánicas, sobre todo cuando perdían, pero es curioso ver como los alemanes tenían un plan B, por si las moscas. Los alemanes continuaron sus críticas y consiguieron que el Touring Car Bureau de la FIA quitara 20 kilogramos a sus turismos y así igualar las prestaciones.
Por el momento les ha servido para ganar carreras, pero de luchar por el título nada de nada. Quizás tengan que pararse a pensar que este año la diferencia es más importante en pilotos que en coches. Andy Priaulx no tiene el gas de temporadas pasadas y a pesar de ello sus cuatro compañeros están lejos de hacerle sombra.
Vía | Sportmotores
