Tras seis temporadas como proveedor de motores y cuatro más como escudería, BMW dice adiós a la máxima categoría del automovilismo. Ayer mismo, BMW convocaba una conferencia de prensa para hoy y muchos comenzábamos a pensar en lo peor.
Esta mañana lo malos augurios se han convertido en la cruda y dura realidad. BMW abandona. Tras esta decisión, un cambio en la estrategia de la compañia, y está claro que las ingentes cantidades que requiere mantener un equipo de Fórmula 1 han tenido gran parte de la culpa.
Con la marcha de la marca alemana, ya son dos grandes constructores los que abandonan en menos de un año. Creo que todos recordamos la marcha, vista y no vista, de Honda a finales de la pasada temporada,
Por supuesto, ha sido una decisión difícil para nosotros. Pero ha sido un paso firme en vistas a un rediseño de la estrategia de la compañía. La diferenciación estará más enfocada a términos de sostenibilidad y compatilibidad medioambiental. Ésta es un área en la que queremos seguir siendo los líderes. En consonancia con nuestra “Strategy Number ONE”, estamos continuamente revisando nuestros proyectos e iniciativas para comprobar su viabilidad futura y sostenibilidad. Nuestra relación con la Fórmula 1 no es tan importante en este sentido.
Tampoco hay que olvidar la nefasta temporada que hasta ahora está realizando la escudería germano-suiza. Quizás la única que no está podiendo sobreponerse al varapalo del KERS y del doble difusor.
De luchar por el título de pilotos con Robert Kubica el pasado año, a arrastrarse por lo circuitos y a estar abonados a las últimas posiciones de la parrilla. Demasiado duro para BMW.
A partir de ahora se abren algunas incognitas. ¿Otorgará la FIA una nueva licencia a aquellos nuevos equipos que no la consiguieron el pasado més de junio?¿Podría Epsilon Euskadi tener posibilidades?¿Está volviendo la Fórmula a sus comienzos con equipos por encima de fabricantes?
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