Un año después la prueba gallega recibía de nuevo al Campeonato de España de Rallyes de Tierra, tras el parón veraniego, con mejor tiempo. Tras el dominio inicial del piloto local Amador Vidal, siempre muy rápido en su tierra, Benito Guerra se situaba líder y terminaba la prueba como vencedor y ampliando su ventaja al frente de la clasificación del Nacional.
Los accidentes se convertían en los protagonistas de la jornada matinal. El más destacado se producía nada más comenzar el primer tramo. Alex Villanueva y su copiloto se salían y golpeaban la parte trasera de su Mitsubishi. Afortunadamente todo quedaba con algo de chapa en la montura, pero con los dos pilotos sin ningún percance mayor.
José Antonio Suarez, alias cohete, líder del grupo N también tenia que abandonar y al que acompañaba Carlos Aldecoa que en esta ocasión también cambiaba su Subaru por un Mitsubishi. Sin embargo el golpe de efecto llegaba con la rotura de palier de Amador Vidal que dejaba en bandeja la victoria a Benito Guerra.
A pesar de este contratiempo mecánico, el gallego terminaba en la segunda plaza, aprovechándose de la rotura de la transmisión del Proto Mitsubishi de Nani Roma que tenia que retirarse de la prueba. Mario Ceballos también se aprovechaba de los problemas de sus rivales para pasar a liderar la clasificación general del campeonato de producción.
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