El anuncio ayer de que Valencia contará con su propio Gran Premio de F1 a partir de la próxima temporada no fue acogido con el entusiasmo que era de esperar por todo el mundo. La firma del contrato condicionada a la reelección de Francisco Camps y, sobre todo, los comentarios de Fernando Alonso, sorprendieron a más de uno.
El hecho de tener que esperar a que Camps sea reelegido en las próximas elecciones es un tema político y que prefiero dejar al margen, pero no así el de Alonso, que tan poco diplomático como siempre no dudo en cuestionar la elección de un trazado urbano en Valencia. El piloto español comentó que "no entiendo porqué se apuesta por un trazado urbano cuando a pocos kilómetros está el Circuito de Cheste".
Alonso, de todas formas, también expresó su alegría por "contar con un segundo Gran Premio en España" y recordó que "si el circuito urbano cumple todas las medidas de seguridad, nosotros no tenemos ningún problema en correr allí". Entusiasmado, la verdad, no le veía al doble Campeón del Mundo.
