El hijo del actual presidente de la FIA, co-propietario de la escudería ART Grand Prix y manager de pilotos como Felipe Massa o Jules Bianchi, Nicolas Todt, se ha mostrado muy crítico con la corriente actual de la Fórmula 1 en la que es más fácil conseguir un asiento por el dinero que puedas aportar que por la calidad que atesores.
Algo que no es nuevo, pero que en los últimos años está siendo el pan nuestro de cada día. La razón es simple. Antes tan sólo los pequeños equipos necesitaban pilotos de pago para sobrevivir, a día de hoy, hasta los equipos de la zona media tienen que hacerlo. Se cierran puertas para los pilotos con talento que no pueden dar el salto a la máxima categoría y que en muchos casos se acaban “quemando” por el camino.
Por ello, la mejor forma de aspirar a un asiento en la Fórmula 1 pasa por estar dentro de un programa de jóvenes pilotos de una escudería. De poco o nada sirve realizar una gran campaña en la GP2 o en las World Series. Incluso con más asientos disponibles en la parrilla es más difícil encontrar asiento. Sin apoyo econonómico la carrera de un piloto llega a punto muerto.
Todt pone el ejemplo de uno de sus chicos, Jules Bianchi. Tercero en la GP2 en 2010, aspirante por méritos propios al campeonato en 2011 y piloto probador de Ferrari. Por muy bien que lo haga el año que viene, si el francés no consigue dinero para su piloto, no podrá dar el salto, a pesar de contar con un palmarés digno de Lewis Hamilton, Nico Hülkenberg o Sebastian Vettel.
Vía | Autosport
