En 2012, Toyota aterrizó en las 24 horas de Le Mans (literalmente ya que no pudo debutar en la cita previa) con el objetivo de desbancar a Audi. Para ello, recurrió a la tecnología híbrida, una seña de identidad en su vehículos de calle y que les ha colocado a la cabeza mundial. Pero Audi también tenía en mente que los híbridos son el futuro de este tipo de competiciones y en una batalla desigual, cuatro prototipos para Audi y dos para Toyota, los alemanes se hicieron con la victoria.
No pasaba nada. 2012 era el debut de los japoneses tras muchos años de ausencia. Una simple piedra de toque. En 2013, la historia debería ser distinta. Con más experiencia, los japoneses plantean poner las cosas difíciles a Audi y por ello Toyota confía plenamente en su tecnología híbrida. Hay que recordad que en este sentido Audi y Toyota han recurrido a opciones distintas.
Toyota almacena la energía en supercondensadores, Audi en un volante de inercia. El Toyota TS030 Hybrid envía la energía al eje trasero mientras que Audi R18 e-tron quattro convierte su R18 en un vehículo de tracción total y su energía va al eje delantero. Eso sí, en ambos casos la inyección extra de potencia es a partir de 120 km/h, una medida para evitar que Audi destroce a sus rivales gracias a la tracción Quattro.
