Hay empresas que se dedican a patentar las ideas más inverosímiles, por si acaso un día suena la flauta por casualidad, igual que los hay que se dedican a registrar nombres en modo Gollum y luego los venden a precio de locura. Bien, pues no sabemos si se tratará de este caso, pero parece que Ford anda tras la idea de tener un coche que pueda convertirse en bicicleta, por aquello de resolver la movilidad unipersonal en entornos donde los coches no sean muy bien recibidos. Al fin y al cabo, donde no cabe un coche sí que cabe una bicicleta.
Ah, pero no se trata de jugársela con las leyes más elementales de la Física, así que la idea patentada, que se encuentra en un buen pliego de diseños que anda barajando la marca del óvalo para aportar soluciones de movilidad en general, habla de una bici que se extrae del coche. Por lo que parece, las piezas irían encajadas en el interior del vehículo motorizado y se desprenderían en caso necesario para componer una bici con la que continuar el camino.
Para evitar duplicar costes, hay piezas que son ambivalentes. Por ejemplo, el reposacabezas se transforma en un sillín cuando lo necesitamos para la bici. Este proyecto de Ford lleva años ya de recorrido. De hecho, los archivos de patentes datan de 2013, pero no ha sido hasta ahora que se han dado a conocer. De todas formas, y como suele ocurrir con este tipo de registros, hay muchas preguntas en el aire, como dónde irían alojadas las ruedas —lo que sin duda es el punto crítico de todo esto— o qué frenos utilizaría esta bici extirpada del coche. En honor a la verdad, quizá no lo lleguemos a ver nunca hecho realidad. O quizá sí. ¿Quién sabe?
Vía | The Wall Street Journal
