Ford finalmente su primer SUV eléctrico, el Ford Mustang Mach-E. Un coche eléctrico que en los planes de Ford debería venderse mucho mejor de lo que lo hizo el Ford Focus eléctrico, su anterior coche eléctrico. Para los más puristas, aplicar el nombre de Mustang a un coche eléctrico tiene un pase, pero no a un SUV. Y es que no solamente es la primera vez que Ford da el nombre de Mustang a algo que no sea un cupé o un descapotable, sino que lo hace en un SUV eléctrico.
Es un movimiento arriesgado coger un producto emblemático, todo un icono como el Mustang, e intentar convertirlo en una marca. ¿Es realmente un Mustang? ¿Posee los mismos atributos que un Mustang, como deportividad, placer de conducción, precio asequible, etc? Evidentemente, Ford no habría acaparado tantos titulares si hubiese optado por asociar este SUV eléctrico a alguno de sus otros nombres y modelos famosos.
¿Un Ford Bronco eléctrico? Fuera de Estados Unidos el Bronco no es tan conocido como el Mustang. Quizá si lo hubiera intentado con la marca de lujo del grupo, Lincoln...pero, no. La imagen de Lincoln no es tan fuerte como lo era antaño. Incluso en Estados Unidos. No, la realidad es que Ford necesitaba un nombre que creara expectativas, que generará conversaciones, que fuese incluso controvertido.
A la hora de desarrollar el Mustang Mach-E, era evidente que tendría que ser un SUV. Ford ya anunció que a corto plazo dejaría de fabricar berlinas, dejando en su gama únicamente SUV, pickups y cupés (y quizá sus derivados cabrios). La dificultad fue determinar quién podría comprar este coche, es decir, qué debía ofrecer Ford con este coche para atraer al público.
"Decidimos centrarnos en la tecnología y en cómo realmente ha cambiado el mundo", explicó Jason Castriota, director de marca de Ford para coches eléctricos a Wired. En el fondo, la problemática para el Mustang Mach-E no fue muy diferente de cualquier otro producto. Se puede eliminar las fricciones o enfatizar lo que realmente le gusta al cliente.
Es decir, eliminar todo aquello que el cliente puede ver con una molestia, responder a una problemática o una necesidad, y así aportar un valor añadido. Es un coche eléctrico con todo lo que conlleva en términos de movilidad, como cero emisiones locales, silencio al funcionar, actualizaciones remotas -over the air-, mantenimiento reducido al máximo, coste de la energía más barato que la gasolina, etc.
No basta con hacer un SUV eléctrico, el mundo ha de conocerlo
En ese aspecto, cumple con la idea de eliminar fricciones. Pero también lo hacen en mayor o menor medida todos sus rivales eléctricos. Ford necesita por tanto aportar algo más, algo que le permita diferenciarse del resto. Y es ahí donde en Ford ha decidido enfatizar lo que a la gente le gusta.
Y en el caso de Ford, a nivel internacional, es todo lo que va asociado a la imagen del Ford Mustang. Y ahí cabe absolutamente de todo (una cierta idea de aventura, la Ruta 66, la deportividad, la rebeldía y hasta Steve McQueen). Y es que algo que se debía transmitir en el diseño.
El equipo de diseño del Team Edison (el grupo de trabajo encargado de los coches eléctricos en Ford) replicó los rasgos típicos del Mustang en un formato SUV. Entre ellos, el largo capó, unos faros y calandra que recuerden al actual, así como los grupos ópticos traseros compuestos por tres pilotos verticales cada uno o las aletas traseras musculosas. Y por suspuesto, el logotipo del “pony car”.
Pero diseñar un SUV que recuerde a un cupé es un ejercicio delicado. Así, el diseño del Mustang Mach-E tampoco está exento de polémica. Esa calandra insinuada en la mayoría de las versiones, salvo en el acabado GT, en el que visualmente vuelve a ser una calandra, no termina de gustar. Con el acabado GT, el parentesco con el Mustang es evidente. En las otras versiones, no tanto y sobre todo desconcierta un poco.
Obviamente, el Ford Mustang es algo más que un diseño eterno. Lo que hace un Mustang son también sus prestaciones. Y aunque es algo que todavía tendremos que esperar para poder experimentar en el Mach-E, el ingeniero jefe del proyecto Mach-E, Ron Heiser, asegura que el Mach-E de base con tracción integral será más rápido que el Porsche Macan Turbo. Y añade que la versión tope de gama, el Mach-E GT, le pisará los talones al Porsche 911 GTS.
De momento, el Ford Mustang Mach-E ya está en boca de todos. Solo el tiempo y el mercado dirán si el Mach-E cumple con lo que promete su emblemático apellido Mustang o bien si finalmente solo habrá sido un mero ejercicio de marketing.
Claro que en nuestra época, donde el significado de las palabras y conceptos tiende a pervertirse y cambiar según el contexto y el entorno en el que se usan, el hecho de que el Mach-E sea un Mustang podría ser totalmente irrelevante. Es posible que al final a la gran mayoría de la clientela de este coche le importa tres pepinos que se llame Mustang, Bronco, Lincoln o Crown Victoria.
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