La gran mayoría de los estímulos que recibimos cuando conducimos o, sencillamente, caminamos son visuales y, en función de ellos, tomamos unas decisiones u otras. Pero no siempre la visibilidad es óptima. La niebla, la oscuridad o el reflejo del sol pueden hacer que nuestra visión no sea tan nítida o que no seamos visibles para otros.
El hecho de ver y ser vistos afecta directamente a la seguridad. Por este motivo el alumbrado del vehículo es un elemento clave en la seguridad activa, evitando que se produzcan siniestros.
Alumbrado del vehículo, un sistema normalizado
Lo primero de lo que hay que asegurarse es de que llevamos el correcto y está homologado. Como sucede con otros sistemas, el alumbrado debe ajustarse a una normativa, principalmente al Reglamento nº 48 de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE/ONU). Este recoge las disposiciones relativas a la homologación de vehículos en lo que se refiere a la instalación de dispositivos de alumbrado y señalización luminosa.
El alumbrado debe ajustarse a un sistema internacional normalizado
Se trata de una norma donde se contemplan aspectos técnicos que indican el color, la presencia, el número, la posición o la orientación, entre otras especificaciones, de cada tipo de alumbrado (carretera, cruce, antiniebla, freno, etc.). En la legislación española, es el Reglamento General de Vehículos en su ANEXO X el lugar donde se concretan estas especificaciones.
La iluminación delantera
Ver bien es fundamental, y dentro de este apartado podríamos hablar, por un lado, de las luces de carretera y de cruce para ver y, por otro, de las luces de circulación diurna o las de posición para ser visto.
Las luces de carretera, más conocidas como “largas”, se regulan en el artículo 100 del Reglamento General de Circulación. Deberán utilizarse cuando se circule entre el ocaso y la salida del sol, fuera de poblado, por vías oscuras o a cualquier hora del día por túneles, pasos inferiores y tramos de vía afectados por la señal 'Túnel' (S-5) insuficientemente iluminados, a excepción de cuando haya de utilizarse las de corto alcance, o de cruce, para evitar deslumbramientos.
Lámparas adecuadas, faros limpios y bien regulados, fundamental
En efecto, la función de las luces de cruce o “cortas” es emitir una luz de corte afilado y asimétrico para evitar deslumbramientos a otros usuarios de la vía. Algo importante para optimizar el funcionamiento del sistema es mantenerlo adecuadamente, utilizar las lámparas correctas y, sobre todo, los faros bien reglados y limpios.
Cuidado con el deslumbramiento
Pero el ver bien, como decimos, no tiene que provocar que otros “vean mal”. Por tanto, un fenómeno que debemos evitar es el deslumbramiento. Los cruces, las salidas de las curvas o los despistes de algunos conductores pueden propiciar que un conductor pierda la visibilidad de forma instantánea, con el peligro que ello conlleva.
El propio Reglamento señala cómo actuar para evitar incidentes. Así, debemos cambiar a luz de cruce en los supuestos de circulación en los que se produzca deslumbramiento al resto de los usuarios de la vía.
Tecnología para conseguir un sistema de iluminación a la carta
Los fabricantes lo tienen muy presente y se apoyan en la tecnología para conseguir los mejores resultados. De este modo, han desarrollado sistemas inteligentes que detectan la presencia de otros vehículos y, de forma automática, activan las luces de cruce si se circula con las de carretera cuando es necesario y viceversa, por lo que se optimiza el tiempo de visión adecuada.
Además, adaptan la iluminación en función de las condiciones meteorológicas, la luminosidad de la vía o la velocidad del vehículo. Podríamos decir que es un sistema de iluminación a la carta.
¿Me pueden sancionar?
La iluminación inadecuada afecta a la seguridad, por lo tanto, es importante y, en consecuencia, sancionable.
En caso de circular con un vehículo con luces de largo alcance que produzcan deslumbramientos al resto de conductores, la multa asciende a 200 euros. Igualmente, si el alumbrado se utiliza de forma injustificada puedes ser multado con 80 euros.
Las sanciones más habituales van de 80 a 200 euros
Además de estas dos circunstancias, existen sanciones en caso de repostar con las luces encendidas, utilizar inadecuadamente los faros antiniebla, llevar fundido un faro o la luz de matrícula, circular sin alumbrado cuando sea preciso o no indicar las maniobras, entre otras.
En definitiva, conducir con el alumbrado adecuado no es una opción, sino que debemos ser muy cuidadosos, ya que se trata, insistimos, de un elemento de seguridad importante.
Las luces diurnas
Desde febrero de 2011, los fabricantes están obligados a incluir faros de conducción diurna en sus nuevos modelos. En la mayoría de los casos se trata de faros con emisores LED. Para los vehículos que no cuentan con este sistema, y con el fin de que sean vistos durante la circulación, la DGT recomienda llevar encendidas las luces de cruce durante el día.
Desde 201,1 todos los modelos nuevos deben incorporar luces diurnas
Por otra parte, están las luces de posición. Según normativa, no se permite su uso en exclusividad, es decir, debe ir acompañadas de al menos las luces de corto alcance para prevenir un accidente en caso de que se fundiera un faro. Su finalidad es la de ayudarnos a ser vistos si nuestro vehículo está detenido en zonas de escasa visibilidad, por lo que también se las denomina luces de estacionamiento.
Ojo con las curvas
Durante la circulación nocturna, sobre todo si lo hacemos por carreteras reviradas, un lugar complicado son las entradas a las curvas, que en algunas ocasiones hacen que el conductor tenga que mover la cabeza para ver qué se va a encontrar.
Lo ideal sería adaptarse a ellas, algo que es posible con el sistema de iluminación adaptativa de Toyota. Se trata de una solución adaptable que dispone de faros delanteros con tecnología Adaptive Cornering, dotados de un conjunto de sensores que monitorizarán la respuesta de la dirección y las señales de giro. De esta manera, el sistema orienta el haz de visión a la zona donde el conductor necesita mirar, evitando pérdidas de visión.
En curvas y giros: Iluminación adaptada y luz de giro adicional
Otra tecnología muy útil es la luz adicional de giro, que se activa cuando se detecta un cambio de dirección, ampliando el área que cubren los faros delanteros e iluminando la dirección de la marcha. Asimismo, permite ver al resto de conductores la maniobra de giro que estamos realizando.
Por último, queremos recordar que la iluminación juega un papel esencial en la circulación. Gracias a ella, nos comunicamos con otros conductores, les decimos cuándo queremos girar con los intermitentes; con las luces traseras, mostramos cuándo frenamos o damos marcha atrás.
Disponer de estos sistemas en perfecto estado y utilizarlos correctamente son factores claves para la fluidez y seguridad del tráfico.
Imágenes | Sala de prensa de Toyota, Unspash/Raivis Razgals, Pixabay/Dldusdn