La evolución de la bicicleta en los últimos años está siendo de auténtico vértigo, su presencia en carretera, calles y en los entornos naturales es cada día más notable. Muchos son los motivos que permiten a este medio de transporte una presencia tan evidente, desde el coste económico o el mantenimiento, hasta la versatilidad y su facilidad de uso.
El último elemento que la bicicleta ha conquistado, o mejor dicho “reconquistado”, ha sido la montaña, y si decimos esto es porque si bien ya hace tiempo que el ciclismo de montaña estaba muy extendido, hoy en día la reconquista la han protagonizado la bici de montaña eléctrica que, entre otras cosas permite que los ciclistas puedan duplicar o triplicar las distancias que recorrían hasta ahora.
Mercado en auge ¿imparable?
Aunque el comercio de las bicicletas protagonizó un auténtico boom con el fin del confinamiento, lo cierto es que el fenómeno comenzó antes de la pandemia, en el año 2018 cuando nadie nos imaginábamos lo que se nos venía encima, el mercado ya registró un aumento del 55% de bicicletas de pedaleo asistido con respecto al año anterior.
El precio medio de la bicicleta eléctrica es de 2.861 € y su crecimiento en 2021 fue de un 5,1%
Pero el mercado continúa en auge, según el último informe de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), en 2021 se alcanzó una nueva cifra récord de ventas, con 1.571.368 unidades vendidas, de las cuales 220.000 fueron bicicletas eléctricas.
Estas cifras traen consigo un notable aumento la facturación, así como en el crecimiento de empleo en este sector. Los recambios, el mantenimiento y reparación, las empresas de ocio y turismo, los medios especializados o los seguros son algunos de los sectores involucrados de este sabroso pastel que es el mundo de las bicicletas eléctricas de montaña.
¿Todo ventajas?
En principio lo que sí parece claro es que hay más ventajas que inconvenientes, si empezamos por estos últimos, obviamente hay que mencionar el coste, el hecho de tener que recargar una batería o la autonomía que lógicamente tiene un límite.
Pero si salvamos este peaje, perfectamente extrapolable a todo lo que funciona con batería, las ventajas son importantes.
La bici eléctrica te permite salir con tu grupo de siempre sufriendo mucho menos o incluso unirte a un grupo de mayor nivel.
En primer lugar, los usuarios habrán podido notar que en sus salidas recorren muchos más kilómetros, y es que haciendo el mismo ejercicio físico la ayuda del motor eléctrico contribuye a que la distancia recorrida sea más larga. Muchos usuarios dicen que hacen el mismo deporte que con la bicicleta sin motor, o incluso más porque las distancias ahora son mayores.
Con la bici eléctrica se necesita un menor esfuerzo en las subidas y la posibilidad de adaptar la asistencia al estado físico o anímico de cada ciclista. Eso mucho más versátil al adaptarse a más rangos de edades, experiencia de los usuarios y lesiones o problemas cardiovasculares.
Las características de la bicicleta de pedaleo asistido
Aunque hablemos de bicis eléctricas, lo realmente correcto es hablar de pedaleo asistido, al menos sobre las que hablamos en este artículo, la definición de bicicleta eléctrica se encuentra en el Reglamento UE n° 168/2013, de 15 de enero -y en la posterior nota aclaratoria de la DGT del 2019- que la describe como: una bicicleta convencional con un motor eléctrico de apoyo que se activa con el pedaleo del conductor.
Para ello debe cumplir una serie de requisitos como tener dos ruedas, contar con un motor eléctrico cuya potencia máxima no supere los 250W y alcanzar una velocidad máxima asistida de 25 km/h.
Velocidad máxima asistida de 25 km/h y potencia del motor máxima de 250W
El motor se activa con el pedaleo y su empuje irá disminuyendo de forma progresiva, llegándose a apagar cuando se alcancen los 25km/h, por supuesto una bici puede correr más, pero ya no será por el impuso del motor, sino por el del usuario.
A la hora de adquirir una bicicleta eléctrica hay que asegurarse de que dispone del certificado de la Comunidad Europea y un sello con la denominación EPAC, el cual constata que cumple con las condiciones establecidas en la UNE-EN 15194:2018.
El motor, la batería y el cuadro de mandos
Estos elementos son los que marcan la diferencia con la bicicleta de montaña convencional. Con respecto al motor, este puede ser de transmisión central o en el buje trasero.
Los motores centrales se encuentran cerca de los pedales y proporcionan un centro de gravedad estable, permitiendo cambiar de marcha fácilmente en las cuestas y ofreciendo una sensación de pedaleo completamente normal.
Por otro lado, los motores en buje trasero son más económicos, menos pesados, ocupan y consumen menos energía, pero su respuesta sobre todo en el caso de las bicis de montaña es más lenta y, por otra parte, al ir en el buje trasero al realizar el cambio de rueda por un pinchazo, por ejemplo, la tarea se va a complicar un poco más.
Otro elemento que incorpora la bici eléctrica es la consola que se utiliza para ver y ajustar la configuración de la bicicleta eléctrica. A través de la pantalla se puede cambiar el nivel de asistencia fácilmente, consultar la velocidad y la distancia y conocer el nivel de batería restante.
Mejor batería supone una mayor autonomía, uno de los caballos de batalla de cualquier sistema eléctrico.
Por último, las baterías son el factor más importante a la hora de determinar la distancia que puede recorrer una bicicleta eléctrica.
Junto con la eficiencia del motor, el nivel de asistencia seleccionado o el peso, la capacidad de la batería será la que marque la autonomía de la bicicleta. La potencia de la batería se calcula en vatios por hora (Wh): cuántos más Wh, mayor capacidad tendrá la batería. Existen calculadores de autonomía que permiten calcularla en función de todos los parámetros involucrados.
La T-bike de Toyota
Aunque de manera local, ya que únicamente se podrá adquirir en el mercado argentino por decisión de Toyota en ese país, en asociación con Enerby, un fabricante argentino especialista en el campo de las bicicletas eléctricas ya se comercializa la T-bike.
La T-Bike utiliza un motor de tipo buje en la rueda trasera y una batería integrada en el tubo inferior del cuadro. Un motor con una potencia nominal de 350 W con picos de potencia de hasta 500 W, y una batería tiene con capacidad de 374,4 Wh (36 V y 10,4 Ah).
En el llamativo diseño de su cuadro se observan los colores negro y rojo que junto con la tipografía de la marca japonesa a cada lado del tubo inferior dejan patente la imagen de marca.
Lo que parece una clara tendencia es que las marcas poco a poco irán incorporando la bicicleta entre sus opciones de movilidad, por lo que es posible que empecemos a ver en concesionarios estos vehículos de dos ruedas.
Imágenes: Unsplash |Himiway Bikes, KBO Bike, KBO Bike. Pixabay |danielkirsch, DSt24. - ToyotaFEDERICO