La protección a peatones y ciclistas es uno de los actuales objetivos prioritarios en el terreno de la seguridad vial y por tanto de las mejoras que se realizan en vehículos e infraestructuras. En ese contexto tienen un papel destacado las tecnologías de tipo Car to Car o Vehicle-to-Vehicle y Car-to-X o Vehicle-to-Infrastructure, que conectan vehículos con vehículos y vehículos con infraestructuras.
En el caso de General Motors, las investigaciones se centran en desarrollar sistemas capaces de detectar peatones y ciclistas en calles con abundante tráfico o en condiciones de mala visibilidad antes de que el conductor advierta su presencia, previniendo así un posible atropello.
Para conseguir esta función de seguridad activa, General Motors está explorando las posibilidades que ofrece el WiFi Direct; es decir, la conexión de dispositivo a dispositivo, peer-to-peer, sin pasar por una central de datos como hacemos cuando nos conectamos a internet. En este caso, se trata de poner en comunicación directa por WiFi el coche y el peatón o ciclista.
En la parte del vehículo, basta con integrar el WiFi Direct en cualquiera de los sistemas de seguridad activa basados en sensores y alertas, dispositivos que ya se encuentran en todos los coches que hoy por hoy salen de fábrica, donde se puede establecer una relación inalámbrica con los smartphones de los peatones y ciclistas.
WiFi Direct que acaba con riesgos viales
De la parte de los usuarios más vulnerables de la vía, General Motors está desarrollando ya unas aplicaciones para smartphone que permitan a peatones y ciclistas ponerse en comunicación con los vehículos que comparten espacio con ellos en la calle enviando a los conductores mensajes de alerta del tipo “Atención, ciclistas” o “Peligro: obras”, por poner dos ejemplos de este sistema de prevención.
Los escenarios que podemos imaginar son casi ilimitados. En carreteras sin apenas visibilidad, el sistema de detección nos alertaría de la proximidad de ciclistas en la calzada a metros de distancia y aunque hubiese curvas que no nos permitiesen verlos. En intersecciones de visibilidad reducida, tres cuartos de lo mismo, incluidos peatones que en ocasiones cuesta ver.
¿Y qué decir de los ángulos muertos y los puntos ciegos en general? El sistema informaría en todo momento al conductor de la presencia de peatones o ciclistas en las inmediaciones del vehículo aunque quedaran fuera del campo de visión del conductor. Al salir de un parking privado, por ejemplo, o maniobrando para aparcar.
Las ventajas de utilizar un WiFi Direct están sobre todo en la velocidad de conexión. A diferencia de lo que ocurre con los dispositivos que se conectan mediante sistemas inalámbricos convencionales, que tardan entre siete y ocho segundos entre que toman la información de ubicación y se conectan, con una conexión peer-to-peer ese trámite se realiza en apenas un segundo, lo cual es una incontestable ventaja cuando hablamos de vehículos que se mueven por la calle.
Un problema cierto y una solución con algunas lagunas
Desde General Motors nos ofrecen los datos que maneja la NHTSA sobre atropellos en Estados Unidos. En 2010 murieron 4.280 peatones y 618 ciclistas por siniestros viales. Ese mismo año, los números en España según datos de la DGT son lógicamente inferiores, pero igualmente preocupantes: 193 peatones y 49 ciclistas fallecidos, además de 1.025 y 1.149 heridos respectivamente.
Es decir, hay un problema que merece una solución. Los usos del WiFi Direct permiten una conectividad a un alcance máximo de 200 metros según WiFi Alliance, que es la asociación que certifica los estándares de este tipo de comunicación. Esa distancia es más que suficiente para alertar al conductor en cualquier velocidad legal donde pueda haber peatones o ciclistas en las inmediaciones de un vehículo de motor.
Por otra parte, no es todo protección lo que se persigue con la implantación del WiFi en los vehículos. Además de ayudar a la detección de peatones y ciclistas, el sistema podría permitir transferencias seguras de archivos entre el coche y cualquier usuario de WiFi Direct: desde la música del equipo multimedia hasta el contenido de la agenda serían fácilmente transferibles.
En sí, la apuesta por el WiFi Direct de General Motors no es una mala idea, pero adolece de los mismos problemas que presentaba el Amulett Car2x de BMW: de un lado, exige que cualquier usuario de la vía lleve consigo un smartphone con el WiFi en marcha; y del otro, establece un peligroso hábito en el conductor por el cual se llega a entender que si el coche no avisa… es que no hay peligro a la vista.
Fuente | General Motors
Foto | Michael Cory, Soctech