A pesar de que el pasado Salón del Vehículo y Combustible alternativo de Valladolid tuvo al GLP como principal protagonista. por encima de cualquier modelo eléctrico de movilidad alternativa, sí que pudimos probar brevemente algunos modelos de bicicletas eléctricas, entre ellos, los pertenecientes a la gama Evolution del fabricante español Yamimoto.
Ya en su día la experiencia nos supo a poco. Afortunadamente, hemos tenido ahora la oportunidad de conocer mejor a uno de esos miembros de la familia con la Yamimoto City Evolution, que comparte el título de bicicleta eléctrica "más urbana" junto a su hermana Yamimoto Urban Evolution, y que parece haber nacido para aprenderse nuestro camino de casa al trabajo, y del trabajo a casa.
Claro está, dependiendo de la distancia de nuestros domicilios y de lo urbano que sea nuestro trayecto, la City Evolution podría ser una aliada especial. Centrándonos en su personalidad, de forma particular, destaca el hecho de que pretenda ser una plegable por encima de todo, y en ese sentido su diseño favorece el disimulo de su motorización.
Es cuando llega precisamente el momento de plegarla cuando descubrimos la posición exacta de su batería integrada en el cuadro. Pero vayamos por partes, ¿para qué comenzar plegándola si todavía no vamos a guardarla?
Una vida más fácil en ciudad
Pedaleando, pudimos comprobar el trabajo de Yamimoto para que todo el que vaya a utilizarla encuentre un pedaleo que se traduzca en un ritmo lo más fluido posible. De ahí los 5 niveles de asistencia regulables desde su panel de control a la izquierda del manillar, que se adaptan a cada necesidad que encontremos, a la dificultad que nos depare el camino, a la prisa que tengamos, o a nuestra forma física.
Si hablamos de esta última, es del todo posible desconectar la asistencia eléctrica y funcionar tan sólo por nuestras piernas. Ahora bien no es muy aconsejable, sobre todo cuando la carretera se empina, pues nuestro ejercicio se verá incrementado por el propio peso de la bicicleta, de 19,4 kilogramos. Aún así, a través de su control es sencillo compatibilizarla con la cantidad de esfuerzo que pretendamos afrontar.
Aunque esto pueda parecer obvio, no lo es tanto, sobre todo porque de su prueba hemos sentido que la City Evolution comienza a encajar en, por ejemplo, aquellos que llevan años sin coger una bicicleta (porque la última que cogieron está a 400 kilómetros, enterrada en polvo y con la cadena oxidada) y quieren lanzarse a hacer su vida más fácil en ciudad.
Para los más deportivos, sin duda se les antojará corta. Yo mismo me permitiré el lujo de incluirme en este último grupo (aunque no suene en las quinielas del próximo Tour de Francia), y habiendo podido exprimir hasta el último Watio de su motor he de decir que no resulta fácil calmar la sed a los que busquen la deportividad, sobre todo en lo que se refiere a los giros o maniobras que exijan demasiado dinamismo. Tampoco es de extrañar, porque la City Evolution no está pensada para eso.
Yamimoto City Evolution: anatomía 'evolucionada'
Su trazado sigue una única línea de diseño materializada en aluminio 6061 T6 que parte de su motor eléctrico que acompaña el movimiento del buje trasero, hasta su dirección. En ese viaje encontramos la gran mayoría de elementos que conforman su identidad, comenzado por su mencionado motor de 250 W que nos asistirá hasta los 25 km/h.
Este está alimentado por la energía que le proporciona una batería de litio integrada en cuadro de 36 V y 8 Ah, que otorga hasta 50 kilómetros de autonomía, dependiendo de la eficiencia con la que queramos "pedalear". Como he mencionado, la batería viaja integrada en el cuadro, siendo este el punto más interesante de la City Evolution.
Es posible extraerla para su carga (de 4 horas de duración), o si se prefiere, para conducir la bicicleta sin asistencia y sin ese lastre de peso. Para ello, hay que ejecutar la misma operación que si se quiere plegar, accionando la palanca correspondiente.
También es posible la carga sin realizar esta operación, mediante un disimulado y útil conector que asoma a través del cuadro, y que viene protegido por una capucha metálica. Justo en el lado opuesto encontraremos la cerradura que permite mediante llave convencional el encendido del sistema.
La Yamimoto City Evolution monta neumáticos Kenda de 20 pulgadas, pedales también plegables que combinan plástico y aluminio, cambio Shimano Tourney con 7 posibles desarrollos, luces traseras y delanteras, un siempre últil transportín para cargas en ciudad (la bicicleta en total soporta 90 kilogramos de peso) y una muy básica horquilla Suntour con precarga.
Combinado con nuestro pedaleo encontraremos a la izquierda del manillar de la Yamimoto City Evolution el display LCD donde gestionar esos 5 niveles de asistencia; y comprobar el grado de asistencia del motor, el estado de carga de la batería, la velocidad, distancia y tiempo de nuestro viaje. A la derecha del mismo encontramos las manetas Shimano para regular el cambio.
Llegado el momento de plegarla para su transporte, la City Evolution permite regular, a parte del cierre del cuadro, la tija del sillín, la dirección y los pedales para su transporte en un tamaño reducido. Una vez plegada, cuenta con un asa, también integrada en la línea del cuadro, que facilita su carga y su manejo.
Con todo, esto último también corresponde con una bicicleta eléctrica que nació para ser práctica y servir de solución de movilidad urbana. Eso sí, le ocurre como a la mayoría de bicicletas eléctricas del mercado, que tienen en su precio una asignatura pendiente, situándose en 1.499 euros. Para los que no vivan en Francia, queda para cada uno valorar criterios de ahorro y disfrute. Este último, al menos, está asegurado.
La bicicleta para esta prueba ha sido cedida por Yamimoto Electric Bikes. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.