Un equipo de científicos del MIT dio a conocer durante la tarde de ayer el que será uno de los descubrimientos más cruciales en el campo de la industria de la energía, y que va afectar sin remedio al desarrollo de la movilidad eléctrica.
El equipo, encabezado por el radioquímico Frederick Hallam, asegura haber dado con una tecnología capaz de otorgar a las baterías de un coche eléctrico algo más de 10.000 kilómetros de autonomía. Sí, habéis leido bien. Según publica Nuclear Reviews, Hallam ha bautizado su nuevo sistema como baterías de bomba de electrones.
Poco se conoce del complejo mecanismo de esta bomba de electrones. He estado leyendo las bases que fundamentan el proyecto y por primera vez desde que comencé en Motorpasión Futuro puedo afirmar públicamente que no entiendo nada.
Para que os hagáis una idea, Hallam dice haber conseguido las condiciones para que el tungsteno 186 mute espontáneamente en plutonio 186, logrando una estabilidad atómica sin parangón al integrar 94 protones en un núcleo de 92 neutrones. Los experimentos llevados por Hallam prometen una estabilidad breve ("lo que tarda uno en hacerse un café"), bromeaba el científico. No obstante, existen vías para prolongar la misma y ya se está trabajando en ello.
Durante el proceso descrito se libera una cantidad ingente de electrones que podría aplicarse a la tecnología del coche eléctrico, y es que, entre las múltiples aplicaciones que el equipo del MIT ha mencionado, se encuentran las baterías para automoción. Hablan de dar con un prototipo capaz de recorrer 10.000 kilómetros para marzo de 2015, y comenzar su comercialización en dos años.
Durante los próximos días os iremos dando más detalles de este descubrimiento, según vayamos entendiéndolo. Por cierto, el CEO de Tesla, Elon Musk, dice que de confirmarse este su compañía está dispuesta a abrazar esta tecnología. Al parecer, Musk y Hallam ya se habrían reunido durante esta semana.
Gracias a Isaac por la pista
Fuente | MIT
Imagen | Matt Biddulph (CC) en Flickr
