BMW observa y apunta, pero de momento, no actúa. Al menos, no al ritmo que podríamos esperar dadas las filtraciones que apuntaban que el BMW i5 estaría en camino de aquí a tres años máximo. El principal responsable de los desarrollos del fabricante, Klaus Froehlich, ha desmentido estos trabajos y fijado una nueva fecha aproximada, allá por 2020.
Lo que sí ha confirmado es que pronto comenzarán una fase que llamado de "investigación estratégica" en la que acometerán un brainstorming analizando el mercado de coches eléctricos. En cuanto a este tipo de motorizaciones, las que se avanzan son las de la gama X, después de que el BMW X5 xDrive40e se presentará esta semana. Ahora bien, Froehlich ha dejado claro, al contrario de lo que apuntaban los rumores, que el próximo modelo de la serie i no será un todocamino a modo de variante del X5.
De momento, la tendencia es más a la inversa, y así lo reconocen en BMW. Quieren que la tecnología que aporta la serie i poco a poco vaya incorporándose al resto de sus gamas. Hablan principalmente de la fibra de carbono.
Parece que en BMW prefieren hacer uso de la paciencia y esperar a comprobar que ofrece exactamente la próxima generación de coches eléctricos con más autonomía cuya fecha de llegada se está estimando entre 2017 y 2018. Mientras tanto, observan como sus dos pioneros, el BMW i3 y BMW i8, responden en los diferentes mercados.
El primero, por cierto, se está asentando y está teniendo una respuesta muy positiva en mercados clave como el estadounidense, algo que hace meses llevó a BMW a replantear su estrategia y exprimir algo más su producción, viendo que la demanda respondía a sus lanzamientos. Por eso Froehlich insiste en que BMW se va a concentrar en aportar mejoras para el i3 y el i8 durante los próximos años, en lugar de afrontar un nuevo desarrollo inmediato.
Señala que cuando haya baterías mejores disponibles, entonces sí que estarán en disposición de ofrecer nuevos modelos con más autonomía, o con la misma y un precio más barato. Nos preguntamos si las conversaciones que el fabricante tuvo hace meses con Tesla Motors influyeron en esta serie de decisiones sobre sus coches eléctricos, y yendo un paso más allá, si Tesla terminará supliendo a BMW de baterías.
Lo que es más seguro son los objetivos que se marcan en la casa: aumentar un 20% la capacidad energética cada tres años del i3 y el i8; y ofrecer mejores rendimientos y autonomías.
Vía | Automotive News Europe
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