Reflexión sobre los trenes de carretera

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El otro día volvía de un viaje con mi coche y entre que soy pobre y que la gasolina supera los 1,4 euros pues tuve que aplicar técnicas de conducción eficiente extremas. Tan extremas que algunos las tacharán de peligrosas. Venía yo por la autovía a 90 Km/h cogiéndole el rebufo a un camión. Así 120 kilómetros.

Es una imprudencia, lo sé, de hecho le pido encarecidamente a la gente que no lo intente porque es un ejercicio de concentración y de no desviar la mirada del vehículo que te antecede ni un solo instante por si frena. ¿Y todo esto a que viene?. Pues que con la monotonía del viaje me puse a pensar en los trenes de carretera.

Sabemos lo que son los trenes, ¿pero de carretera? ¿No iban por vías?. Este concepto hace referencia a la posibilidad de que varios vehículos se junten formando un convoy en fila india, lo cual nos ofrece un par de ventajas bastante interesantes.

La idea en resumen, como ya os explicábamos en este post, es que un vehículo “grande” conducido por un conductor profesional como un autocar (por ejemplo) capitanee la fila y los demás coches de turismo se enganchen a su estela para seguirlo. Por supuesto, y por si alguno piensa que estoy loco, todo esto tiene que ir gestionado por mucha electrónica de precisión y ordenadores.

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El ser humano no está capacitado para poder reaccionar en instantes de tiempo tan pequeños, ni de mantener la concentración en estas situaciones “extremas” durante mucho tiempo. Así que con la magia de la informática y un buen sistema, los coches podrían conducirse “solos” mientras siguen a corta distancia al vehículo de cabeza.

Y esa es la primera ventaja de los trenes de carretera. Tú te “enganchas” a un vehículo que vaya a la misma dirección, activas el sistema de conducción autónomo mediante seguimiento del vehículo que te antecede y el resto del tiempo del viaje, empléalo en lo que más te apetezca, como si fueses en tren.

Además, al ir varios vehículos muy juntitos seguidos se cogen el rebufo como bien he dicho en la introducción y así disminuye el consumo de todos ellos a la par que las emisiones contaminantes, ya que se tiene que pelear menos contra la fuerza de frenado del aire.

Tren de carretera camion
Clásico tren de carretera con remolques

A parte de la mejora aerodinámica, los trenes de carretera también aportarían una mejora sustancial al tráfico de las vías que como sabemos cada vez son utilizadas por un mayor número de coches. Digamos que cabrían más coches en menos sitio por lo que no sería necesario añadir tantos carriles a las carreteras más concurridas.

Y como la electrónica se encarga de que la distancia de seguridad sea la mínima necesaria, pues podemos rellenar esos “innecesarios” huecos entre coche y coche. Estas son las principales ventajas de los trenes de carretera, que en palabras de Volvo, su principal desarrollador: “podrían estar funcionando en 2020“. Ahora bien, ¿es todo tan bonito como se pinta?

¿Queremos los trenes en carretera?

Este es un debate interesante. Sabemos a buen seguro que con el tiempo y el desarrollo de la tecnología diseñaremos coches capaces de formar estos convoys, y seguramente, también consigamos definitivamente el ansiado coche que se conduzca solo: el coche autónomo. ¿Pero de verdad queremos este tipo de coches?.

Tren de carretera operativo
Tren de carretera operativo

Cada vez la electrónica tiene más que decir en la conducción, justo al contrario que el conductor, el cual ha de preocuparse de menos asuntos. Hablando sobre los trenes de carretera, yo mantengo mis dudas sobre si la gente quiere comprar coches que se conduzcan solos. Como decía James May en Top gear: “eso ya existe, se llaman taxis”.

Sigo pensando que el coche es un gran gasto y que las personas que lo soportan es básicamente porque las gusta y las apetece conducir. A alguien que no disfrute conduciendo irá en tren, autobús o taxi en sus desplazamientos de rutina, y lo mejor de todo es que de esta forma se ahorrará dinero. Por eso no acabo de verle el filón a este invento.

Aunque claro, si lo pensamos bién si que podría ser “válido” un coche que se condujese solo en ciertas circustancias no muy apetecibles, como en una autovía por ejemplo, y que el resto del tiempo lo gobernásemos nosotros a voluntad. Ahí si que entra el concepto del tren de carretera. ¿Vosotros que pensáis? ¿Le veis la miga a esta tecnología? ¿de implantarse definitivamente os compraríais un coche que la implementase?

Tercera imagen | Thomas Schoch
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