El idilio entre conductores y ciclistas es de esos que parecen haber sido sellados a fuego en alguna piedra sagrada, como una maldición inquebrantable. No es justo, ni aconsejable (y además es imposible) posicionarse al 100% en favor de uno u otro colectivo. No obstante, lo que cada día se hace más patente es que estamos condenados a entendernos.
Por lo que a nosotros respecta, damos fe de que cada día hay un mayor apoyo social para que la bicicleta sea una parte importante del transporte urbano, por los múltiples beneficios que podría acarrear, de los que tanto ya os hemos hablado. En algunos países como Bélgica o Francia hasta está bonificado este uso. El ciclismo urbano está dejando de ser un territorio exclusivo del Norte de Europa, y es hora de que los ciclistas y conductores limen asperezas.
Que parte de las infraestructuras propicien el uso de la bici no es suficiente. De eso hablábamos cuando nos preguntábamos si el centro de Madrid (y los madrileños) estaba preparado para poner a circular 1.560 bicicletas eléctricas. Como conductor y ciclista puedo decir que sigo observando que la sensibilización en ambos bandos comienza a estar presente, pero que, no obstante, siguen perpetuándose muchos gestos de cariño reprimido.
Vamos a recopilar algunos de los más célebres, comenzando con los de los conductores (ya le tocará el turno al ciclista). A ver si de cara a 2015 podemos marcarnos como objetivo mejorar algo más la relación entre ruedas.
Es que ocupan toda la calzada
Esta afirmación bastante irreal sobre las dimensiones del ciclista se escucha y mucho a algunos conductores. Debemos aclarar con la normativa en la mano que es un tema delicado, porque en función del tipo de vía por la que estemos transitando podemos tener más o menos motivos para enfadarnos, pero pocos para actuar.
Los ciclistas siempre han de circular por el arcén, salvo en algunos casos contados, pero importantes. Por ejemplo, en ciudad, al no existir arcén, y en caso de que no haya carril bici, pueden circular como les venga en gana (trato de utilizar también mi vocabulario de conductor). Otro caso lo encontramos en descensos largos y con curvas. En este caso el ciclista puede salirse del arcén.
¿Es justo? Desde la perspectiva ciclista hay que decir que la gran mayoría no tenemos ese afán de protagonismo como para ocupar toda la carretera, es más, es una situación muy incómoda y a la que nos cuesta acostumbrarnos en los casos en los que no hay arcén ni ciclocarril. De esta primera consigna que borrar de mis recursos como conductor se derivan algunas otras:
Las calles son para los coches
Algunas veces el sentido común y/o la memoria nos juegan una mala pasada. ¿Qué acabo de escribir?
Es que tienen un carril bici, pero no lo usan
Reconozco que es harto irritante ver a una bicicleta obligándote a reducir la velocidad viendo que en la vía por la que circuláis existe un carril bici. Ahora bien, hay que ser consecuentes, hay que ver qué entendemos por carril bici.
Esta historia os sonará: en los últimos años muchos ayuntamientos, entre sus variopintas promesas electorales y variopintas fórmulas para ejecutarlas, han incluido la construcción de carriles bici. Pues bien, hemos asistido a muchos casos en los que las legislaturas se acaban y esos carriles tenían que estar terminados, dando lugar a verdaderas aberraciones.
¿Qué ciclista no se ha topado alguna vez con carriles bicis discontinuos, que acaban en bordillos porque quieren que nos luzcamos, poblados de peatones (los padres con carrito de bebé agradecen los carriles bici, es un hecho probado) o mobiliario urbano, de esos que están pintados en la acera y son tan anchos que tenemos que hacer equilibrismos para no salirnos, carriles bici con socavones que conectan con el núcleo terrestre, pistas forestales o caminos que un buen día dejan de serlo son carriles bici porque una señal lo quiere así?
La normativa nos dice que el ciclista ha de armarse de paciencia y arriesgarse a esa aventura de circular por ahí, al ciclista urbano le apetecerá más o menos, pero al que circule con una bicicleta de carretera por pura práctica deportiva... pues eso.
Es una lástima porque está demostrado que los carriles bici debidamente construidos, y más si están protegidos, propician que más gente haga uso de la bicicleta, y visto lo visto, no solo vienen bien a los ciclistas. Esta es una asignatura en la que muchos ayuntamientos tienen que mejorar.
Es que no respetan las normas de tráfico
Vaya, esto me recuerda a un viejo silogismo: "Todos los hombres son mortales. Sócrates era mortal. Por lo tanto, todos los hombres son Sócrates. Lo que significa que todos los hombres son homosexuales".
La motivación inherente para saltarte la normativa de tráfico no tiene relación con el hecho de ser o no ciclista, o al menos, ningún estudio lo ha demostrado. Dicho esto, es más que cierto que existen muchas manías punitivas que se repiten hasta la saciedad y que habría que buscar atajar. Eso sí, es bastante inútil que como conductores echemos mano de esa retahíla de disciplinas olímpicas del grueso de infracciones ciclistas más típicas que deberíamos atajar, siendo el salto de semáforo la especialidad reina.
¡No se puede ir en paralelo!
El lenguaje no verbal juega una parte importante en este último mensaje de los conductores a los ciclistas en carretera que aspiramos a eliminar. Suele expresarse al mostrar extendidos al ciclista dos de nuestros dedos, el índice y el corazón, acompañado de una negación con la cabeza. Tiene una variante final que consiste en contraer el dedo índice para sólo exponer el corazón y/o utilizar el claxón (práctica que es una delicia para el ciclista). El ciclista entiende el mensaje cuando percibimos (si es posible) que está haciendo lo mismo.
En este caso, el conductor tiene las de perder desde el punto de vista legal, pues la normativa permite ir en paralelo en carretera, algo que la experiencia de muchos ciclista nos demuestra que se sigue desconociendo.
Los ciclistas son un peligro
Tiene también su variante dirigida hacia la bicicleta en sí (Es que la bici es un peligro) y su origen hay que buscarlo para encontrarlo en la conocida expresión Van como locos (aplicable casi a cualquier vehículo). Resulta además muy similar a lo de Es que no respetan las normas de tráfico, y hemos de borrarlo de nuestro vocabulario al volante, sobre todo por la costumbre de utilizar estas palabras para justificar una situación complicada, incidente o accidente en el que el ciclista no ha salido bien parado. Por ejemplo: ¿¡Pero cómo no le voy a tocar, si es que iba como loco /son un peligro?!
Si yo también monto en bici y...
Una situación típica, y hasta sana si la sabemos superar con civismo es la que se produce cuando conductor y ciclista detienen su marcha y se apartan de la circulación para exponer calmadamente su opinión sobre un incidente acaecido entre ambos.
Para los conductores, recomendamos encarecidamente no comenzar con una fórmula demasiado popular: Si yo también monto en bici y.... El problema es que, dicho vulgarmente, no se dice nada y se dice todo. El ciclista suele rellenar el hueco que deja colgante el conductor en su mente con el peor de los insultos, cuando no es la intención del conductor, que sólo quiere acercar posturas compartiendo su experiencia. (Ejemplo: si yo también monto en bici y... no soy un maldito XXXX XX XXXX XXXXX XXXXXX)
En general desaconsejamos a los conductores la utilización de estas siete joyas pensadas especialmente para los ciclistas. En breve pensaremos también una lista de recomendaciones a la inversa, para lo dicho, limar asperezas y que esto no se convierta en China.
Imagen | Javier Sánchez Salcedo (CC), Diógenes (CC), Penyaskito (CC) y jfgornet en Flickr; y babylass (CC) en Pixabay
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