En el fondo, una bicicleta eléctrica no se diferencia demasiado de una convencional, salvo por los cuatro mandamientos relativos a velocidad, potencia, pedales y pedelecs que ya os hemos contando en muchas ocasiones (y que quizá se revisen en un futuro próximo).
Conocemos del mismo modo que existe un espíritu común, generalmente promovido por pequeñas iniciativas particulares, de conseguir improvisar un elemento mágico, sencillo y práctico que convierta una bicicleta en una bicicleta eléctrica. Hasta ahora os habíamos contado ejemplos como Kit leed o dbRevO que tenían que ver con la rueda trasera, lo que dificultaba su montaje. Pues bien, con Rubbee, el montaje pasa de minutos a segundos.
Rubbee se encuentra todavía en fase de lanzamiento, pues sus jóvenes creadores han optado por utilizar la web Kickstarter para buscar financiación ajena, y parece que de momento no les va mal, con 33.000 euros recaudados de los 73.000 que buscan. Se prevé que su lanzamiento se produzca el próximo mes de noviembre, y a un nada esperanzador precio que ronda los 1000 euros.
Se trata de un modulo, que acoplado a la tija del sillín, transmite mediante fricción los 250 W de cualquier bicicleta eléctrica, asistencia que funciona hasta alcanzar los 25 km/h, y que cuenta con una autonomía de entre 20 y 30 kilómetros, para un tiempo de dos horas de recarga. La integración especial de la batería le confiere una seguridad buscada específicamente para alargar su vida.
Con este sistema de fricción, el fabricante asegura que se transmite el 96% de la energía que Rubbee proporciona. Es compatible con cualquier bicicleta convencional, ahora bien, existen unos parámetros de compatibilidad, en cuanto a tamaño de la rueda (de 16 a 29 pulgadas), tipo de cuadro (no es aplicable a con ciertos tipos suspensión trasera) y tija (de entre 22 y 35 milímetros de diámetro, y lo suficientemente elevada como para albergar los 6 centímetros de este ingenio).
Para ahorrarnos imprevistos, Rubbee se puede utilizar bajo condiciones de lluvia por la naturaleza de sus componentes, e incluso cuenta con un sistema que es capaz de detectar la humedad y el barro en las cubiertas para mantener un mínimo de potencia. Tiene además integrado una luz LED que se activa con su encendido.
Su peso alcanza los 6,5 kilogramos, y sus dimensiones son 160 milímetros de alto, 410 de largo y 120 de ancho. Para su utilización, es necesaria una única instalación de un acelerador que se acopla al manillar de la bicicleta.
Y ahí es donde puede que surja la polémica en cuanto a legislación se refiere, ya que este sistema de aceleración difiere al establecido de pedelecs para las bicicletas eléctricas, lo que añade un factor para su uso: es necesario coordinar nuestras pedaladas con la aceleración que nosotros mismos proporcionamos a través de Rubbee.
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