¿Por qué los particulares no compran apenas coches eléctricos?

¿Por qué los particulares no compran apenas coches eléctricos?
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Ya llevan unos cuantos años entre nosotros, pero no terminan de explotar en ventas, y siguen vendiéndose al goteo. La mayoría de los coches eléctricos acaban en manos de empresas, de flotistas y de administraciones públicas. Pocos son los particulares que dan el paso adelante. ¿Por qué?

La cuestión no es simple, pero obedece a unas razones principales que voy a analizar a continución. Lo podemos simplificar en que los beneficios se ven superados por los inconvenientes. En realidad, los inconvenientes naturales están exagerados, a veces con razón, otras simplemente por ignorancia o simple miedo.

Cualquier persona no es candidato a tener un coche eléctrico. En principio sirven para el 80-90% de la población en la mayoría de sus desplazamientos, pero no son para todo el mundo. Nadie ha dicho lo contrario. ¿Realmente son una alternativa o solo es una modita tecnológica más?

Chevrolet Volt

Precio del petróleo alto, pero estabilizado

El coche eléctrico apareció antes que el coche de gasolina, pero acabó siendo barrido por su competidor, entre otras cosas por el factor del combustible. La preocupación por los eléctricos ha aparecido en dos momentos en los que el petróleo se puso por las nubes, en los 70 (crisis del petróleo) y en los primeros compases del Siglo XXI.

Hay una elevada correlación entre los precios del combustible fósil y lo que los conductores se preocupan de las alternativas. Por ejemplo, si el gasóleo costase la mitad, sería dificilísimo justificar un coche eléctrico. Si costase el doble que ahora, las cuentas saldrían bastante deprisa.

Desde mediados de 2011 los precios de gasolina y gasóleo en nuestro país están desbocados, moviéndose en una horquilla de 1,30 a 1,55 euros por litro, y hasta 1,8 euros/litro en combustibles "caros", como la gasolina de 98 octanos o el Diesel muy bajo en azufre.

Sin embargo, esta escalada de precios ha parecido tocar techo, al menos por ahora. Sabemos que son caros, muy caros, pero que no han subido más. Si tuviésemos la certeza de que esa subida no tendría visos de remitir, las ventas de coches eléctricos literalmente se dispararían.

Ahora mismo, se echan cuentas, y el combustible fósil sigue siendo competitivo para la mayoría de la población. En este año, menos del 1,5% de los clientes se han decantado por un coche híbrido o eléctrico en España, tendencia similar a años previos pero con un leve ascenso. Falta mucho por hacer aún.

Este comportamiento se reproduce en cualquier parte del mundo. En el momento en el que el petróleo deja de ser competitivo, los combustibles alternativos y la electricidad pasan a ser sustitutos perfectos, una vez sopesado el sobrecoste tecnológico que comportan (de serie o a base de transformación).

Autonomía coche eléctrico

La ansiedad por la autonomía

La mayoría de la gente con la que he hablado de este tema piensa lo mismo, ¿de qué te sirve un coche que no te garantiza 100-200 kilómetros por carga? Al igual que todos los coches, su rendimiento es muy variable, pero al haber mucha menos energía disponible para dilapidar, esto cobra una importancia bestial.

Imaginemos que nuestro coche, el de todos los días, tuviese un depósito de 12 litros de combustible, pero con un cálculo muy preciso de la autonomía. Nuestra forma de conducir tendría que cambiar sí o sí, porque ya no nos sobraría. En un eléctrico la energía no sobra, ocupa espacio y pesa mucho (baja densidad de energía por volumen y peso).

En un coche convencional podemos aumentar la autonomía con un depósito grande. El coste (peso/volumen) no alcanza al beneficio. En un coche eléctrico eso no es así, doblar la autonomía implica doblar el peso de las baterías y sacrificar el doble de espacio. El peso adicional influirá negativamente a su vez en la autonomía.

Nissan Leaf

Yo creo que más que un problema de autonomía, el problema es la previsión del recorrido. No importa que el coche haga 100 km por carga, si nuestro recorrido diario es de 20 kilómetros. Nos sobra. Cuando hagamos algo no previsto es cuando empezarán o no los sudores. Es el miedo a lo desconocido.

En un coche normal no nos preocupa eso, si vamos flojos de combustible entramos a cualquier gasolinera y repostamos. En un coche eléctrico, salvo que hagamos una recarga rápida con trifásica, no podemos recuperar tanta energía en un plazo tan corto de tiempo. La recarga rápida proporciona un 80% de autonomía en media hora como norma general.

Para disipar ese miedo a quedarse tirado tiene que haber una red de recarga pública decente, y ahora mismo eso está lejos de ser así. Lo de menos es que cueste dinero, si es útil, habrá gente dispuesta a pagarlo. Es más, en el futuro, el "recargue su coche gratis" será anecdótico.

Baterías coche eléctrico

Miedo a las nuevas tecnologías

Todos los días usamos cacharritos --o gadgets-- que funcionan con baterías. Les damos una vida útil bien corta, pero del coche esperamos, dado el valor de la inversión, mucha más vida útil. Cuando hacemos la comparación entre las baterías de un coche eléctrico y las de un móvil, empiezan los problemas.

Los fabricantes dicen que la vida útil de sus baterías es de unos 10 a 12 años... considerando "vida útil" que tengan un rendimiento de más del 80%. En otras palabras, un coche que hacía 120 km por carga estando nuevo, bajaría a 100 kilómetros pero seguiría siendo útil, aunque quizás no tanto.

Para quitar al cliente ese miedo a que el coche se vuelva inservible por las baterías los fabricantes dan elevadas garantías, pero eso no sirve. Aunque el motor eléctrico siga siendo la máquina de movimiento artificial más fiable que existe, sigue habiendo miedo.

Recarga coche eléctrico

Esos miedos suelen ir asociados --nos guste o no-- a una deficiente información por parte de la persona en cuestión. Cuando uno está plenamente informado, valora mucho mejor estos factores. Se están comprando todos los días coches menos fiables que los eléctricos, y dependiendo del país de origen, se les tolerará o no.

¿Y si se dispara el precio de la electricidad?

Este es uno de los mayores miedos a lo desconocido. El petróleo ha doblado su precio en los últimos años, pero la electricidad no está galopando a ese ritmo hacia arriba. Es razonable pensar que la electricidad suba y siga subiendo pero ¿un 400%? Cuando llegue a ese punto, la economía habrá ya colapsado.

A día de hoy, sin aplicar descuentos ni tarifas favorables, moverse en un coche alimentado a zumo de dinosaurio cuesta cuatro veces más que con electrones. Como podemos ver, hay margen de sobra para que suba la electricidad y el coche eléctrico tenga un potencial de rentabilidad elevado.

Recarga ChargeiQ

Precio de los coches eléctricos

Está claro, la pela es la pela, y los coches eléctricos tienen un sobreprecio respecto a sus equivalentes de combustión. Esa diferencia se puede maquillar con el alquiler de baterías, como hace Renault, smart y últimamente Nissan. Ojo, durante un plazo inferior a 10 años suele salir a cuenta.

Los precios, sin embargo, se están rebajando, entre la necesidad de vender más y la mejora de la economía de escala. Quiero destacar el caso del Nissan Leaf, ahora se fabrica en tres continentes/países, es el más vendido del mundo. Lo pueden vender más barato y cada vez venden más unidades. Lógico.

Hoy día comprar un coche eléctrico es ser un pionero, o early adopter en inglés. Mucha gente pensará en el símil de las cintas Beta o VHS, o en la guerra del HD DVD frente al Bluray. La mayoría de la gente no quiere pagar la tecnovatada. Cuando vea la tecnología madura y asentada, si está a buen precio, la comprará.

Chevrolet Volt

Sin embargo, el precio del coche es en parte una cortina de humo. Quien ha sido dueño de un coche sabe que el precio de adquisición y el combustible es solo una parte de muchos otros gastos. El mantenimiento, tanto correctivo como preventivo, es algo que asusta más... pero cuando nos sucede.

El cliente medio desconoce, o no se cree, que los eléctricos tienen un mantenimiento preventivo más económico porque hay menos componentes susceptibles de fatiga o rotura. El mantenimiento correctivo es todavía anecdótico, las averías típicas son... las que tendría cualquier coche, como elevalunas, la radio...

Los propietarios más satisfechos son los que dicen eso de "mi coche solo ha ido al taller a las revisiones". Pues bien, el coche eléctrico promete eso con más rigor que los convencionales, pero parece desconocerlo todo el mundo. Lo más sensible son las baterías, pero hacerlas durar no es tan difícil.

Nissan Leaf

Si lo cuidamos, durará más. Da igual de qué hablemos, reducimos la probabilidad condicionada de fallo. Un coche eléctrico que esté todo el día a base de recargas rápidas al sol tendrá menos vida útil que quien haga recargas "lentas" por la noche, por ejemplo. Nadie está diciendo que sean 100% libres de fallo, ni yo mismo.

Si nos da por consultar la experiencia de un usuario real de coche eléctrico, no vamos a recibir una mala prescripción, aunque nos avisarán de que igual no es lo que necesitamos. Por ejemplo, alguien que pasa del coche para todo lo que sean más de 100 km, y que trabaja en un radio de 30-40 km de casa, le va como un guante.

Tal vez deberíamos hacer más caso de la experiencia de quien SÍ tiene un coche eléctrico, que quien no lo tiene. Nadie mejor para conocer la realidad del asunto, que alguien sin ningún interés en si te compras uno o no. Con esto termino, y os pregunto: ¿por qué no te planteas un coche eléctrico?

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