General Motors ha vuelto a cambiar ligeramente el Chevrolet Volt. Desde el comienzo de su comercialización ya han sido varias las pequeñas variaciones del coche tanto en precio como equipamiento como en funcionalidades. El que se conoce como modelo 2013 cambia respecto al de 2012 en solo un par de aspectos.
Lo primero es que se añade un nuevo modo de conducción lo cual es bastante positivo. En concreto, el conductor ahora puede forzar el EV Hold Mode. Es decir, un modo en el que el coche tira de gasolina en vez de electricidad, reservando esta para otro momento.
¿Utilidad práctica? Pues básicamente cuando se circula con el coche por autovía donde se necesita mucha energía y es más eficiente que sea el motor de gasolina el que tire del coche. Una vez que salimos de la autovía y bajamos la velocidad, permutamos al modo normal y el coche emplea las baterías en estas situaciones donde resulta mucho más ventajosa.
Esto es algo bastante lógico, y no se como se les habrá podido pasar en Detroit. Por ejemplo, su primo europeo, el Opel Ampera, ya contaba con este modo de funcionamiento desde un primer momento. De todas formas es bueno ver como GM va puliendo paso a paso su producto y mejorándolo poco a poco.
Hay que tener en cuenta que General Motors fue pionera en la creación de vehículos eléctricos de autonomía extendida y que prácticamente han tenido que ir escribiendo el manual desde cero. Aparte del nuevo modo de conducción, el modelo de 2013 ha visto reducida su gama de colores en uno. Por lo demás, sigue siendo el mismo coche que el modelo 2012.
Por último, y aunque pueda parecer llamativo, ahora el techo y el portón trasero del coche serán del mismo color que la carrocería. Desde su lanzamiento en 2009, estos dos elementos del cuerpo del Volt siempre iban pintados de color negro pero parece ser que la idea no ha acabado de cuajar por lo que han decidido pasar de ella. Una lástima. Al menos a un servidor siempre le han gustado las pinturas bitonales.
