Ocho millones de vehículos con sistema start-stop para el año 2017. Esas son las cifras que se manejan en Estados Unidos sobre la penetración de este sistema. A más de uno, entre los que me incluyo, nos puede parecer que son muy pocos coches si tenemos en cuenta las actuales circunstancias.
Escasez del petróleo, precios del combustible por las nubes, normativas de emisiones, etc… está claro que los fabricantes de coches van a tener que ir apretándose el cinturón de las emisiones contaminantes y sistemas como el start-stop son una buena forma de hacerlo sin apenas coste.
Como sabéis el start-stop es un mecanismo destinado a ahorrar combustible. Basicamente consiste en detener automáticamente el motor del coche cuando este esté parado ya sea en un semáforo o en otra clase de detención y volver a encenderlo cuando se reinicie la marcha.
Como decía, ocho millones de coches con este sistema en EE.UU. para 2017 me parecen muy pocos si tenemos en cuenta las ventajas que aporta el start-stop en relación al bajo coste que conlleva instalarlo en los vehículos.
En concreto, la mejora en cuanto a eficiencia y reducción de consumo de este sistema se cifra entorno a un 12% que no es moco de pago. Sin embargo el coste asociado del start-stop es de unos 250 euros.
No voy a hacer números pero se habla que con un uso medio del vehículo, ese sobrecoste queda amortizado en los dos primeros años de vida y apartir de ahí comenzamos a ahorrar. En Europa por ejemplo el 40% de los vehículos que se venden nuevos ya incorporan esta tecnología.
Lo que si que es cierto a día de hoy es que el start-stop compensa por lo que no me extrañaría que empiecen a montarlo de serie todos los coches dentro de no mucho tiempo.
Vía | Autoblog Green
