Ayer comprobábamos cómo un estudio había demostrado que el peso de las baterías grandes reñía con las posibilidades de las mismas, por lo que tras el análisis se concluía que la mejora de un vehículo eléctrico no tenía porqué ceñirse al aumento de su potencia, sino a la reducción de su peso para así ampliar sus prestaciones.
Los japoneses parecen llevarnos la delantera en este sentido y ya han iniciado su particular carrera para reducir el peso de sus componentes. Lo curioso de la noticia es que no se están limitando a quitar o cambiar materiales, sino que se encuentran enzarzados en la creación de nuevos.
La empresa Sumitomo Metal Industries está trabajando en un proceso de tratamiento especial mediante el que están consiguiendo que en el proceso de creación de tubos de acero éstos sean más fáciles de moldear, convirtiéndolos al mismo tiempo en elementos un 150% más resistentes que el acero clásico. Por otro lado las empresas Toray Industries y Teijin trabajan actualmente en una forma más asequible de producir componentes con fibra de carbono, mientras que DIC Corporation trabaja con aleaciones de sulfuro de polifenileno, un material con propiedades termoplásticas con una gran resistencia a agentes químicos y la posibilidad de soportar temperaturas de hasta 232ºC.
Dudo que algún día veamos a un hombre levantar su coche con sus propias manos para aparcarlo, pero viendo el tardío proceso de evolución que está presentándose en el sector de las baterías, y por tanto en el de los vehículos eléctricos, la creación de materiales cada vez más ligeros para la construcción de estos últimos bien podría suponer el avance que necesitan para posicionarse de forma definitiva en el sector de la automoción.
Vía | Autoblog Green
Fuente | Nikkei
En Motorpasión Futuro | Un estudio desvela que en materia de coches eléctricos, más no es mejor
