El actual ciclo de homologación NEDC tiene los meses contados, o eso al menos aseguran desde la Unión Europea. El polémico método ha venido ayudando durante los últimos años a calibrar datos tan esenciales como el consumo y las emisiones de agentes contaminantes de los nuevos vehículos.
Eso sí, las deficiencias del NEDC han conseguido que los fabricantes hayan venido aprovechando para trucar beneficiarse con tests cada vez más alejados de las condiciones reales de conducción, creando un hueco nada despreciable entre lo que consumo un coche y lo que dicen que consume. Y así con todos los valores asociados a su eficiencia. La UE ha dicho basta, y trabaja estas semanas en el nuevo ciclo. Los fabricantes ya han comenzado a protestar al respecto.
La asociación de compañías automovilísticas en el continente europeo (ACEA) ha emitido un comunicado presionando para que se le facilite más información al respecto, algo que nos empuja a pensar que esperan con cierto miedo las novedades, y ese desconocimiento tampoco les deja mucho margen de maniobra.
El principal argumento que esgrimen es que van a tener muy poco tiempo para poder afrontar los nuevos requerimientos que se les van a exigir. La cuestión se intensifica más en el caso de las motorizaciones diésel, sobre las que sí se ha podido saber que van a revisarse y bastante los controles, dadas la naturaleza más nociva de sus emisiones.
Como bien sabemos, vivimos sumergidos en plena guerra legal a muchos niveles, por una parte con las disposiciones que poco a poco van jugando a la contra del diésel tanto a escala nacional como europea, y por otra los fabricantes, que tratan de presionar para que las reglas del juego no cambien demasiado.
Del nuevo ciclo NEDC sí podemos adelantar del mismo modo que va a sacar a los coches de los laboratorios. Es decir, las nuevas pruebas contemplan los tests en carretera, con el objetivo de que las condiciones vuelvan a acercarse a la realidad. Los fabricantes reclaman una información pública a más tardar para el próximo julio, para poder presionar como con asuntos como el de los objetivos de emisiones saber a lo que atenerse, cuánto se reducirá lo conseguido hasta 2014 (la industria se quedó en 123,4 g/km en 2014) y si esto afectará a los próximos objetivos por llegar.
Vía | Automotive News Europe
Imágenes | Kārlis Dambrāns (CC)
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