Ya os hemos hablado en otras ocasiones de lo que se conoce como nivel de carga de trabajo cuando estamos conduciendo. Según los sistemas de infoentretenimiento nos van ofreciendo más y más posibilidades, los fabricantes estudian cuidadosamente cómo evitar que estos se conviertan en una fuente de distracción.
No es solo una cuestión de "acercanos a la conducción autónoma" y desarrollar sistemas que permitan al vehículo reaccionar en nuestro lugar. Nosotros seguimos estando en el centro de todo esto, seguimos poseyendo el control. En ese sentido, todas las investigaciones que se realizan en esta área pueden llegar a ser bastante beneficiosas.
Midiendo los parámetros
Como ya os contamos al hablaros del sistema para el control del estrés al volante de Ford, para medir la carga de trabajo se vienen registrando frecuencia cardíaca, respiración y temperatura. En una línea también avanzada, descubrimos los sensores biométricos de EPIC, una tecnología con una funcionalidad similar.
Según el ingeniero jefe Honda en el desarrollo de sistemas de infoentretenimiento, conocer estos parámetros es una buena base para llegar a detectar nuestro nivel de estrés y ansiedad al volante. No obstante, dado el rumbo que llevan las investigaciones, parece que se requiere algo más. Por eso también se ha comenzado a recopilar información sobre la cantidad y frecuencia de estímulos realizados por los conductores.
Los fabricantes combinan esta información con las tecnologías capaces de detectar eventos externos (aparte de la obtenida por nuestro propio vehículo, las propicidadas por las tecnologías Car-to-Car y Car-to-Infraestructure) como pueden ser la detección de obstáculo, el tráfico o las condiciones climatológicas.
¿Un botón mágico?
Basado en sus estudios, Ford incorpora ya en muchos de sus modelos un "botón antimolestias". Este sistema tiene la posibilidad de activarse de forma automática si se detecta que nuestro nivel de carga de trabajo supera ciertos parámetros. Eso sí, todo tiempo un límite, y según apunta el responsable en este área de Ford, Dimitar Filev, interrumpir una llamada, por ejemplo, sería ir demasiado lejos para un fabricante, pues podría inducir al conductor a terminar tratando de burlar al sistema. Algo que aumentaría el nivel de distracción.
Como podéis comprobar es un asunto complejo, que además no sólo hay que tomarlo por la vía del exceso de estímulos externos. Y es que los esfuerzos para desarrollar una tecnología relacionada con nuestra carga de trabajo al volante no solo se centran en atacar las distacciones excesivas, sino también en el aburrimiento y en el cansancio. Como dice el mismo Filev, una llamada en una aburrida autovía en un viaje largo puede devolvernos a nuestros niveles cognitivos habituales.
Eso sí, los fabricantes todavía guardan ciertas reservas hacia cómo serán recibidos los nuevos sistemas de protección que desarrollan y que estarán en el mercado en unos años. Controlar el nivel de ingerencia del vehículo buscando el término medio entre la seguridad y la molestia de no poseer el control no es sencillo.
Vía | Car and Driver
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