Se acabaron las canalladas en forma de llaves marcadas en la puerta o pasarse el domingo dejando el coche reluciente para que el lunes caiga una lluvia torrencial sobre él. Científicos de la Universidad Técnica Holandesa de Eindhoven han creado un revestimiento que no sólo puede mantener sin ralladas al coche, también utilizar el agua de la lluvia para limpiarlo en vez de ensuciarlo.
La clave parece estar en unas moléculas agrupadas que, si perciben daño en la superficie de su capa externa, se reorientan hasta tapar esa zona preservándola. Su otro punto fuerte, el de hacernos olvidar qué es un autolavado, sólo parece necesitar de una pequeña lluvia para dejar el coche limpio. En contacto con la superficie del revestimiento, el agua resbala arrastrando la suciedad que pueda encontrar a su paso.
Es uno de esos inventos que muchas veces necesitamos ver para creer, pero parece que la industria de la aviación podría estar muy interesada en esta tecnología, ya que serviría para mantener menos resistencia al aire y reducir los consumos de combustible. Y eso sin contar los avances que podría producir la evolución de este sistema.
Vía | Jalopnik