Si os invito a pensar en una de las trabas de los vehículos eléctricos a día de hoy, probablemente lo primero que os venga a la mente sea su autonomía, probablemente no escasa para nuestro día a día pero sí si la comparamos con lo que ofrece un depósito hasta arriba de gasolina. Pero ¿qué pasaría si nuestra vida transcurriese en una zona limitada donde todo está a tiro de piedra y los largos trayectos fuesen cortos paseos? Lo diré de otra forma ¿qué pasaría si viviésemos en una isla?
Es lo que se están planteándose en zonas como Hawái, donde las distancias son notablemente cortas y la distribución de la gasolina acaba comportando los precios más altos de todo Estados Unidos. Como no podía ser de otra forma las compañías eléctricas hawaianas ya están frotándose las manos con la idea, y son los principales artífices de que la isla acabe convirtiéndose en un paraíso para los vehículos eléctricos.
El principal escollo para que esa situación acabe materializándose parecen ser los apartamentos donde viven la mayoría de isleños, sin opción a contar con una red de recarga de vehículos casera. Algo que, por otro lado, se está intentando solucionar creando estaciones de recarga. De hecho incluso la compañía Better Place parece interesada en la isla, planeando una red de hasta 130 estaciones que verán la luz muy pronto.
Puede que empezando en emplazamientos así (¿alguien dijo Menorca?) tanto los gobiernos como las marcas puedan analizar mejor el crecimiento y repercusión de este tipo de vehículos. Peter Rosegg, de Hawaiian Electric, una de las tres compañías eléctricas que operan en la isla, incluso se atreve a pronosticar que los turistas que lleguen a la isla y pasen su estancia acompañados de un vehículo eléctrico probablemente vuelvan a casa con otra perspectiva distinta.
Vía | GreenCarReports
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