Elaborada en aluminio, la primera bicicleta eléctrica del fabricante Piaggio (con permiso de la Piaggio Albatros) es toda una declaración de intenciones. En cuanto al ciclismo urbano con las características propias de una bicicleta eléctrica, sí, pero además, con una serie de funcionalidades añadidas que tienen que ver con su conectividad y personalización de nuestro pedaleo.
Presentada en el último Salón de la Moto de Milán (EICMA), está previsto que entre pronto en producción para estar comercialmente disponible el próximo año. Veremos a qué precio (pero esa, como escribiría Michel Ende, es otra historia). De momento, esto es lo que nos presenta Piaggio bajo el ínsipido título de Piaggio Electric Bike Project.
El fabricante habla de una motorización muy compacta de 250 W- 350 W, diseñada con la mente puesta en el pedaleo. Esta se encuenta alimentada por una batería de iones de litio que proporciona entre 60 y 120 kilómetros de autonomía.
Parece que no se han querido arriesgar demasiado al cerrar la horquilla de su autonomía. El fabricante insiste en que depende de la personalización de pedaleo elegido (algo de lo que os hablamos a continuación) y de otras condiciones externas que bien conocemos. La capacidad energética de su batería es de 400 Wh.
Como no podría ser de otra manera, en su transmisión encontramos correa y no cadena. Viene equipada con un sistema de cambio electrónico y frenos de de disco hidráulicos de 180 y 160 milímetros.
Tú pones los Vatios
Como decimos, el Piaggio Electric Bike Project destaca por otras prestaciones, principalmente relacionadas con la personalización del pedaleo. Su sistema de asistencia dinámica (DEA) permite al ciclista programar el nivel de asistencia del motor en un porcentaje que depende de la fuerza que nosotros aportemos.
En otras palabras, somos nosotros los que decidimos el trabajo que vamos a aportar en vatios para una cadencia de pedaleo o velocidad determinadas. Con esta información, la Piaggio adapta la asistencia a ese nivel. Una función así será el deleite de aquellos como Chris Froome, obsesionados con su propia potencia.
Esto es posible gestionarlo a través de nuestro smartphone conectado por Bluetooch a la denominada Piaggio Multimedia Platform, o también con los controles del manillar o incluso mediante comandos de voz (esto podría suponer cierto riesgo si pedaleamos con compañeros ciclistas algo bromistas).
La bicicleta eléctrica de Piaggio posee un navegador inteligente capaz de dirigirnos a itinerarios en concreto sacados de webs o foros en los que otros ciclistas han colgado sus rutas, con informaciones tan valiosas como serían la altimetría de las mismas o el nivel de batería que pudiéramos llegar a necesitar para superarlas.
Además, durante la ruta podemos marcar puntos de interés, dejar comentarios sobre el estado de la carretera (o pista, o camino). Esta información se volcará en una base de datos online y está públicamente disponible. En caso de que nos distraigamos y alarguemos nuestra ruta, dispone de un sistema de alerta que nos avisaría con tiempo de que vamos a quedarnos out of juice, es decir, sin autonomía.
En el desarrollo de la Piaggio Multimedia Platform también se han tenido en cuenta otras funcionalidades muy relevantes para el ciclista, como la previsión meteorológica o algunas otras características relacionadas con un uso más deportivo, no tan acorde, eso sí, con el diseño de esta bicicleta eléctrica.
Por ejemplo, también es capaz de atesorar y comparar datos con respecto a nuestro peso, frecuencia cardíaca o gasto calórico. Es decir, apunta a la posibilidad de un virtual partner, algo quizá demasiado intenso para la concepción urbana y de elegancia que se pretende.
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