Si algo necesita Fisker para renacer de sus cenizas en el período de tiempo más corto posible, es una mezcla de fe y obsesión por un nuevo proyecto eléctrico. Eso es lo que parece haber traído su nuevo dueño, el multimillonario chino Lu Guanqiu, fundador del grupo Wanxiang. Este propuso con celeridad el objetivo de volver a fabricar el Fisker Karma en menos de un año y retomar el desarrollo del Fisker Atlantic.
Una vez acomodado en su nueva silla al frente de Fisker, Guanqiu ha visto el momento para "arengar a las tropas". Lo ha hecho con una declaración de intenciones que, sinceramente, no puede ir más allá, pues dice que va a poner hasta el último centavo que Wanxiang genere en fabricar vehículos eléctricos, quemando tanto dinero como haga falta para triunfar, incluso hasta que Wanxiang colapse.
Energía como líder no le falta. De sus planes para conseguir sus propósitos hemos sabido algo más, como por ejemplo que Fisker pretende retomar su fabricación en Estados Unidos, lo que descartaría su antigua localización en Finlandia. Las apuestas sobre su nueva factoría nos llevan hasta Wilmington, en el estado de Delaware, donde Wanxiang posee una antigua factoría de General Motors. Allí, en teoría, volvería a ver la luz el Fisker Karma.
El reto de Wanxiang de reflotar Fisker está en marcha, y la compañía cuenta con un proveedor propio de baterías, tras comprar el año pasado A123 systems. Más a largo plazo, el objetivo de Guanqiu es poder fabricar en China y suplir a ese mercado. Reconoce, aparentemente con más calma, que el camino es largo, para volver a crecerse diciendo que si no lo consigue, su hijo lo hará, y si no, su nieto.
Vía | Autoblog Green
Foto | Fisker Auto (CC) en Flickr
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