La Universidad de Stanford, California, ha presentado uno de sus últimos grandes avances. Un equipo de jóvenes estudiantes ha introducido un sistema de conducción autónoma en un Audi TT, capaz de recorrer circuitos alcanzando una velocidad punta de 193 km/h.
El vehículo no ha sido aprobado para conducirse en carretera, en realidad dudamos incluso que tenga posibilidad de convertirse en uno de los coches de Google. Pero el vídeo que encontraréis a continuación me ha traído a la mente un objetivo menos peligroso para la seguridad de sus ocupantes.
Sé que no todos por aquí son partidarios de la conducción autónoma, pero no me negaréis que os llamaría la atención ver este vehículo en una competición. Se pierde el componente humano más allá de la mecánica y el desarrollo del sistema, algo primordial en las carreras que estamos acostumbrados a ver, pero no dudéis que se ganaría en espectáculo.
20 vehículos conduciendo en Laguna Seca, Le Mans, Mónaco… todos ellos con sistemas autónomos más o menos eficientes, pero perfectos al fin y al cabo. Saben cómo apurar al máximo, trazar las curvas de la forma más perfecta posible y no poseen el miedo humano al peligro que comporta la agresividad al volante. Sinceramente es algo que, al menos una vez en la vida, me gustaría poder disfrutar en directo.
Vídeo | YouTube
Vía | Motorpasión
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