ECOFLAPS: Prueba de larga duración (Verano)

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Hace unos meses os contábamos que Rescatando Energía nos había dejado una unidad de las Ecoflaps para hacerlas una prueba de larga duración y juzgar en consecuencia. Para los que no lo sepáis, este artilugio es una especie de ahorrador de gasolina para vehículos híbridos. En teoría nos compramos una unidad, la instalamos en el coche y empezamos a gastar menos.

Lo que pasa es que en este campo de las medidas para ahorrar combustible hay muchos engañabobos y por eso hemos pensado que probar unas Ecoflaps durante varios miles de kilómetros en muy diversas situaciones será un buen juicio o una buena prueba para ver si funcionan y cumplen con lo prometido.

Lo prometido hay que definirlo primero. En teoría podemos ahorrar hasta 0,5 litros de gasolina dependiendo claro está de las condiciones y de las circunstancias. Esta cifra es aproximadamente un 15% menos de lo que gasta el vehículo híbrido de serie. ¿Os animáis a saber más sobre el sistema?

Breve descripción técnica

Ecoflaps-01

Este aparato, las Ecoflaps en palabras de su diseñador y creador se apoya en el hecho objetivo de que los vehículos híbridos gastan sustancialmente menos combustible en verano que en invierno. Entonces si hacemos que dentro del vano motor “sea verano”, podremos conseguir que el coche consuma menos.

Quien tenga o haya conducido alguna vez un híbrido sabrá que hay ocasiones en las que el motor de gasolina “debería de” apagarse porque no se utiliza pero que por el contrario se mantiene encendido por otros motivos como pueden ser mantener la temperatura del bloque motor para su correcto funcionamiento o generar calor para la calefacción del habitáculo.

En esencia, las Ecoflaps es un regulador controlado de la refrigeración del coche que complementa el funcionamiento del termostato. Lo que hace es abrirse o cerrarse cual persiana en función de la temperatura del motor para dejar o no dejar pasar aire através de la parrilla hacia el radiador y el vano motor. Con esto conseguimos que todo el sistema que mueve al coche funcione durante más tiempo en su zona de temperatura óptima.

Datos recogidos

Vehículo en el que se ha probado el equipo

Pues bien, vamos ya a lo que nos interesa, los datos recogidos y las opiniones sobre el sistema. ¿Funcionan realmente las Ecoflaps? respuesta corta: si. Respuesta larga: si pero… depende. Según las circunstancias se puede llegar a ahorrar bastante pero hay otras en las que la reducción de consumo es más testimonial.

Como he dicho antes, lo que hace el sistema es mantener durante más tiempo la mecánica caliente ya que cuando está fría es más ineficiente, por lo tanto cuando más se ahorra en teoría es en invierno. Aun así ya digo, en estos meses veraniegos, periodo en el que se ha hecho la prueba, si se ha notado una mejoría en el consumo. ¿De cuanto? pues vamos a verlo.

Donde menos mejora se ha experimentado ha sido en recorridos de autovía con el aire acondicionado conectado. En estas circunstancias, la diferencia entre llevar el equipo conectado a llevarlo desconectado es de unas 0,2 décimas menos. La explicación de esa mínima mejoría es que en estas condiciones las necesidades de refrigeración son altas y el equipo iría la mayor parte del tiempo con la “persiana” abierta.

En cuanto salimos de la autovía para circular a menores velocidades donde no se necesita tanta refrigeración, la cosa va mejorando y el sistema se mantendrá cerrado la gran mayoría del tiempo. En recorridos urbanos y periurbanos es donde logramos sacarle el máximo potencial al aparato logrando consumos 0,4 litros menores de media.

0,4 litros menos es mucha diferencia teniendo en cuenta que el invento ha sido diseñado por un particular. Algunas empresas de automoción ya están montando cosas parecidas en sus últimos modelos como Ford en el Focus por ejemplo, lo cual me hace pensar que no tiene nada que ver con otros aparatos-engaño para reducir consumos como el Fuel Doctor por ejemplo.

Se puede concluir que a medida que utilicemos con mayor intensidad el motor de gasolina, menos ahorro de gasolina tendremos pero si por el contrario aprovechamos en mayor proporción las capacidades de tracción eléctrica del coche entonces la disminución del consumo se hace más palpable.

Además, como se menciona, las pruebas se han realizado en verano. Según palabras del diseñador, en invierno las mejorías son mayores porque evidentemente, las necesidades de refrigeración son todavía menores y sistemas auxiliares como la calefacción necesitan de una gran temperatura del motor para funcionar correctamente.

A ver si se pasan estas temperaturas veraniegas que nos están acosando en pleno octubre, y cuando el tiempo se calme y el mercurio baje de los 15 º Celsius comenzaremos a recoger datos del periodo invernal ya que es ahí donde el coche si que gasta bastante más de lo que “debería”. Mientras tanto, ¿Qué os parece este invento?

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